"Hicimos varias convocatorias a través de Internet, pero hasta que pasaron 6 meses no pasó nadie por aquí. Empezábamos a creer que no iba a venir nadie". Es el testimonio de Daniel Robles, introductor del speed bádminton en España junto a su amigo Juan Manuel Santana. Ahora, algunos integrantes de su Asociación Cultural Deportiva Speed Bádminton Canarias ultiman la preparación del próximo Campeonato de Europa que se desarrollará en Varsovia (Polonia) del 24 al 26 de julio.

Pero la historia del speed bádminton en España y en Canarias se remonta a finales de 2011. Daniel y Juanma descubrieron esta novel modalidad deportiva a través de Internet. "Nosotros teníamos una formación amplia en deportes de raqueta. No recuerdo muy bien cómo fue, pero empezamos a ver vídeos de partidos de speed bádminton por la red", señala Daniel Robles. En enero de 2012 comenzaron a experimentar con las raquetas y los materiales que adquirieron. "Empezamos a mover puntos de encuentro, pero no venía nadie. Hasta el mes de agosto no entró gente", relata Juanma.

El speed bádminton es una modalidad deportiva que nació en Alemania en 2001 con un objetivo claro: que todo el mundo, independientemente de las condiciones socioeconómicas, pudiera disfrutar de un deporte de raqueta al aire libre y divertirse con la competición. Ésta era la intención de Bill Brandes el inventor del deporte. "Conocimos a Brandes en Lanzarote, su lugar de veraneo. Él vivió los años más duros de las dos Alemanias y eso le marcó. Por ello se decidió a crear este deporte para romper barreras sociales", cuenta Daniel Robles.

Y es que para jugar al speed bádminton sólo hace falta dos raquetas, un volante y una pareja. Ni siquiera se precisa de una red, como en el resto de deportes de raqueta. Cualquier superficie puede ser buena, desde la arena de una plaza hasta la tierra del Steffi Graf Stadion de Berlín. El rectángulo de juego lo forman dos cuadrados de 5´5 metros de lado, separados entre sí por 12,8 metros. La raqueta y el speeder o volante se diferencia del bádminton clásico por su peso y diseño. El volante pesa en torno a los 10 gramos. "Al principio nos costaba más encontrar material, pero ahora está disponible en algunas grandes superficies", comentan ambos. Estos materiales, junto a la destreza y fuerza de los jugadores y la ausencia de red provocan que en algunos golpes se rocen los 300 kilómetros por hora. Es la espectacularidad de esta modalidad deportiva emergente.

En busca de la homologación

Uno de los principales problemas con los que se ha encontrado este movimiento ha sido la homologación de la actividad como deporte. "Es un deporte joven, y como tal, sufrimos los inconvenientes de estar empezando", reconoce Juanma. La falta de reconocimiento de la actividad como un deporte, priva a la asociación del acceso a las subvenciones públicas para desplazamientos. "Los 8 integrantes que vamos a representar a España en el próximo Campeonato de Europa, hemos tenido que desembolsar la integridad de los gastos de nuestro bolsillo", cuenta Daniel Robles.

Él mismo será parte del equipo junto a Javier Mateos, Raquel Díaz, Delia Gil, Víctor Quintana, Lidia Marrero, Jonathan Hernández y Carlos Guerra. A pesar de esta falta de homologación el apoyo del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, el Cabildo Insular y la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria ha sido constante.

"Ya hemos representado a España en diferentes torneos internacionales. Nunca creímos que fuera a llegar tan lejos", aseguran. A pesar de todo, el objetivo del colectivo del speed bádminton, es el mismo con el que su fundador lo creó: compartir vida y disfrutar del deporte.