Tiempo de descanso y de reflexión ayer en la concentración de la UD Las Palmas en el Hotel Dunas Don Gregory. Paco Herrera dio la tarde libre a sus jugadores después de una mañana en la que la expedición amarilla se desplazó a la Talasoterapia del Gloria Palace, donde los jugadores disfrutaron de unas horas de relajación tras ocho días cargados de entrenamientos y culminados con el primer amistoso, el del pasado sábado ante la Selección del Sur. Este lunes el equipo vuelve al trabajo con una doble sesión, a las 9.30 horas y a las 18.30, ambas en Maspalomas.

Al paréntesis llegó la UD con la certeza de que tiene ingredientes para conseguir el objetivo. Una de las obsesiones de la dirección deportiva y el cuerpo técnico desde su llegada es la de aportar velocidad y verticalidad al juego del equipo, que la temporada pasaba abusó del fútbol control en la mayoría de encuentros y fue incapaz de hacer daño a determinados planteamientos. A esa necesidad responde la incorporación de Guzmán Casaseca y Sergio Araujo, y se busca un jugador con ese mismo perfil para el extremo zurdo. Por lo visto en el primer test de pretemporada la intención no es hacer una revolución, sino encontrar una vía intermedia. En eso se van a centrar los esfuerzos del cuerpo técnico antes del primer partido, el 24 de agosto.

"Hay que encontrar soluciones poco a poco, pieza sobre pieza", dijo Paco Herrera después del amistoso en Tunte. Y es que hay materia prima para poner en práctica con efectividad cualquiera de los dos planes, el reto es encontrar el equipo que lo tenga todo, que ponga pausa cuando sea necesario sin perder de vista el cambio de ritmo y el desborde que se necesita para sorprender al rival.

Para conseguirlo, otra de las certezas de los primeros nueve días de pretemporada es que se va a intentar desde la buena sintonía. Y es que, además de tener las ideas claras, en esta UD el entendimiento entre la dirección deportiva, el cuerpo técnico y la plantilla es total.