Domingo Rivero Estévez es en la actualidad el decano de los socios simpatizantes de la Unión Deportiva Las Palmas. Nacido el 24 de agosto de 2006, causó alta como socio de la entidad amarilla justo dos horas después de venir al mundo en la Clínica Santa Catalina, para ser más exactos a las 17.15 del día de la fecha. Mame, administrativa del club, fue la encargada de realizar su inscripción como tal.

Posteriormente, en la temporada 2009-2010, en ocasión de hacerse un recuento para verificar la antigüedad de los pequeños simpatizantes de la entidad de Pío XII, se llegó a la conclusión de que Domingo Rivero figuraba -y figura hasta el momento presente, tras nueve temporadas renovando su abono- como el número 1 de todos aquellos miembros de la casa amarilla dentro de las categorías de base.

Para mayor abundamiento de la simpatía que la Unión Deportiva despierta en el seno de su familia, baste recordar que su abuelo, Fernando Rivero del Castillo-Olivares (1900-1985), fue uno de los miembros constituyentes que el 16 de agosto de 1949 acordaron fundar el club. Al mismo tiempo, decir que es hijo del periodista y antiguo compañero de esta casa, José Rivero Gómez, que un 19 de julio de 1951 ingresó en también en la entidad grancanaria con categoría de socio infantil, inscripción que tuvo lugar en la antigua sede social situada en la plazoleta Luis Antúnez.

Volviendo con Domingo Rivero Estévez, señalar que siempre fue un simpatizante de Víctor Machín Vitolo, de tal forma que a la hora de elegir el número de su camiseta optó por el 7. Esta simpatía la mantiene a pesar de que Vitolo fichase por el Sevilla, aunque como él mismo dice: "en una confrontación de la Unión Deportiva con el club hispalense siempre está del lado del club amarillo".

Otro de los jugadores que para él es santo y seña es Vicente Gómez, del que dice lamentar que los entrenadores no siempre lo ponen. En la pasada temporada vibró en ocasión del triunfo de la Unión Deportiva Las Palmas sobre el Tenerife, precisamente con gol de Gómez. Hasta llegar el tanto prácticamente no hizo comentarios del partido. Estaba un poco ensimismado. Ahora bien, cuando el balón entró en la puerta del Tenerife, aparte de abrazarse a su padre, tuvo una frase que su entorno familiar recodará siempre: "Seguro que abuelo está dando brincos de alegría en el cielo".

Para mayor abundamiento sobre la manera de ser de este joven aficionado, no hay más que ver los cuadros y banderines que cuelgan en su habitación, con viva presencia de la Unión Deportiva Las Palmas en todos ellos. Y como muestra de espíritu amarillo, valga añadir que en los partidos de fútbol de su colegio canta sin rubor ni equivocaciones el himno del club. Además, para él, que como hiciera su abuelo juega de defensa derecho, hay una frase que lo dice todo cuando hay que animar a sus compañeros: "¡¡Arriba d ellos!!".