La pretemporada de la Unión Deportiva Las Palmas ha dejado satisfechos al cuerpo técnico y a la dirección deportiva amarilla. Las sensaciones que ha transmitido el equipo en el seno de la entidad son buenas. El torno de Paco Herrera comienza a modelar la mentalidad de la plantilla, que ha asimilado en buena medida la idea que el técnico catalán quiere implantar en su proyecto en la UD Las Palmas.

"Mi objetivo es que el equipo juegue bien, con solidez. Busco un equipo fiable, que juegue bien y bonito, sin interpretar mal lo de jugar bonito". Éstas eran las palabras de Herrera el día de su presentación como entrenador de la entidad de Pío XII. Un pequeño adelanto de lo que sería su fútbol en el Estadio de Gran Canaria, bajo la perspectiva de que se puede jugar bonito sin estar dentro de los patrones que Pep Guardiola y su FC Barcelona han impuesto en la última época. El estilo de la UD, lejos del manoseo al balón, pero sin despreciar su aprecio hacia él, sabe tocar y sabe correr. Un verticalidad con sentido que no esquiva el cuero. Ha conseguido sentirse cómodo con la pelota sin olvidar que lo que importa es llegar al área rival. Todo partiendo de una solidez defensiva que se muestra como principio fundamental. Y por ahí van los tiros de esta UD de la era Herrera.

El trabajo del técnico se ha centrado línea por línea. La primera y la que más quebraderos de cabeza dio el pasado curso fue la defensa. En esa zona del campo nacieron la mayoría de problemas del equipo. Los números hablan: en los partidos de la UD Las Palmas la temporada pasada se vieron casi tantos goles a favor del equipo amarillo (51) como en contra (50), un síntoma de la debilidad defensiva del representativo. La cifra de goles encajados de los dos equipos que ascendieron de forma directa, Eibar y Deportivo, dista notablemente del los tantos recibidos por la UD. Los vascos encajaron tan solo 29 goles en contra mientras que los gallegos recibieron 36. El conjunto coruñés rebajó en un gol el número de goles en contra que el Celta de Paco Herrera encajó en la temporada 2011-2012, curso donde consiguió el ascenso. Un promedio de 0,88 goles en contra por partido. Lejos del cociente de 1,2 que mantuvo el equipo amarillo durante el curso pasado.

De momento, lo está consiguiendo. En los 7 partidos de pretemporada sólo ha recibido un gol en contra. La mayoría de estos encuentros preparatorios se han organizado ante rivales de menos entidad. Pero lo cierto es que en los tres partidos que más se pueden asemejar a lo que será un choque de competición oficial (Marítimo de Funchal y el doble enfrentamiento ante el CD Tenerife) la defensa ha rayado a un buen nivel. Una progresión cimentada en el orden de la línea, la solidez de los laterales, la concentración plena de la pareja de centrales y las ayudas constantes del centro del campo a la zaga. La pareja de centrales que apunta al inicio de competición no es nueva. David García y Aythami Artiles es el tándem de confianza de Herrera para el inicio de esta temporada. La salida del club de Deivid hacia al Córdoba, dejó en el aire una plaza vacante en la plantilla. El descarte de Galán, otra. Mientras, Marcelo Silva, lesionado y sin plazos aparentes de recuperación, ha sido uno de los refuerzos amarillos. Necesita un plan específico y Herrera pidió paciencia. El otro hombre que apuntalará el muro de la UD es el canterano Jesús Valentín. La cuota más segura en las apuestas estaba del lado de otro tinerfeño, Carlos Gutiérrez. Sin embargo, Jesús se llevó el premio.

Ha contado con minutos a lo largo de la pretemporada y ha convencido a Herrera para quedarse en el primer equipo, pero su inexperiencia en la categoría le hacen partir con muchas menos opciones de cara al once titular. Con ello, los laterales Ángel, por la derecha, y Christian Fernández, por la izquierda, parten como favoritos para convertirse en referentes en el inicio de la competición. Recorrido, rigor defensivo y constantes ayudas y ofrecimientos al compañero es lo que pide Herrera. De momento, la defensa funciona.

El trivote sorpresa

El giro inesperado llegó en el centro del campo. El técnico ha reconocido que el trivote no era su idea inicial de juego. Algo que dejó patente en las primeras pruebas estivales. Momo o Valerón han probado en la mediapunta. También con Araujo como segundo delantero. Pero la sorpresa se la encontró Herrera cuando "casi por casualidad" probó a jugar con tres futbolistas en el centro del campo. Javi Castellano, con más peso y responsabilidad en el equipo que la campaña pasada, es el eje sobre el que gravita el resto. Por él pivota la salida del balón desde atrás, la recuperación y el posicionamiento. Pluriempleado. Por delante, Hernán aporta la presión y la intensidad. Roque, la llegada y la creación. Alternativas no faltan. Vicente o Valerón también están finos. Es incómodo pasar por el centro del campo amarillo para el rival. La telaraña de la medular se mantiene firme sin estar falto de talento para mover el balón y entender el tempo y compás del partido.

Las ayudas llegan por las bandas. Nadie está exento del trabajo. Momo, Nauzet o Guzmán deben ayudar como interiores y atacar como extremos puros. La agresividad en el ataque pasa por ellos. Muerden en la presión y matan por los costados. Porque la UD de Paco Herrera quiere correr. Verticalidad en busca de la portería rival. Todo para no ser previsibles.

Nadie se salva del esfuerzo y del trabajo colectivo. Ni siquiera los jugadores con más talento. Es la clave para que rinda el equipo, según ha confesado el técnico. Araujo ya sabe lo que es eso. Presiona con insistencia y es el primero en la recuperación del balón. Así marcó su golazo contra el Marítimo de Funchal. Benja, Asdrúbal o Héctor también tienen claro lo que hay que hacer cuando son la referencia en el ataque. Porque jugar bonito, para Herrera, no es ser barroco. Basta con entender los momentos, poner empeño y ser eficaz.