Paco Herrera lo tiene muy claro. Los jefes de esta UD Las Palmas en labores de contención son Javi Castellano y Hernán Santana. El gemelo, indiscutible la temporada pasada, ha encontrado a un socio de lujo en Hernán, que lo bordó en el curso anterior. Ahora se han juntado y forman una pareja fiable y que define a la nueva UD. Para contrarrestar la fragilidad defensiva del curso pasado el técnico catalán confía en ambos, que con su colocación y coberturas han transformado la imagen del equipo. Así, con protagonistas que ya estaban en plantilla, la UD transmite seguridad. Ayer desquiciaron al Mallorca, un rival que hace dos meses partió en dos al cuadro insular en el mismo recinto. Ahora la historia ha cambiado.

El equipo amarillo se está construyendo en torno a ellos dos, los pilares que sostienen al resto. En el inicio de la segunda parte hubo problemas a la hora de retener el balón. El partido demandaba jugadores con capacidad para conservarlo y así lo interpretó Herrera, que metió a Valerón y Roque Mesa. Ambos pueden desenvolverse en el doble pivote, pero el entrenador quitó a Vicente Gómez primero y Nauzet Alemán después. Y el tiempo le dio la razón, pues la UD mejoró y metió al Mallorca en su área en el tramo final.

Javi Castellano y Hernán se han convertido en imprescindibles porque con los dos la UD está capacitada para manejar todos los escenarios. Ayer, con ventaja en el marcador protegieron el área excepto por un golazo indefendible de Martí y con el empate la UD merodeó el segundo y mereció llevarse el triunfo. Con el doble pivote de Herrera el conjunto insular fue capaz de generar un armadura y contragolpear con peligro y, más tarde, de hacer circular la pelota con precisión y llegar a la portería rival a través de la paciencia y la posesión.

Los cuatro defensores, con ellos dos como sostenes, se siente mucho más segura. Porque Hernán y Javi Castellano tapan las principales carencias de la zaga y, con un sistema muy medido de ayudas generan superioridad frente a los atacantes del equipo rival, a los que desquicia.

Así, no hubo señales de los mejores jugadores del Mallorca. Pereira fue quien más insistió, pero se vio frenado por un excelente David Simón. Pero el lateral nunca se vio en una jugada de uno contra uno porque cada vez que le encaraban ahí estaban Javi o Hernán para hacerle el trabajo más fácil. Son el pegamento, atentos a cualquier agujero para taparlo.

Marco Asensio, talento imberbe por que el suspira el Barcelona, tampoco dio señales de vida. Tenía enfrente al veterano Ángel López, que también le frenó gracias a la colaboración de los medios. Y no hubo protagonismo para el debutante Marko Scepovic ni para Fofo, los dos atrapados en la telaraña amarilla. Hasta que Martí se inventó un gol para quitarse el sombrero el Mallorca no había tirado a portería. Raúl Lizoain vivió otro partido plácido.

El trabajo silencioso de los dos se aprecia a la hora de evitar que se produzcan ocasiones de gol. La más llamativa fue una acción defensiva fenomenal de Javi Castellano en el último suspiro. Nadie atendió a un balón en largo local y de repente Marko Scepovic tenía vía libre para atacar a Raúl, pero el gemelo fue más rápido que él y evitó que el serbio rematara justo cuando había llegado a la frontal del área. Javi y Hernán. Hernán y Javi. Un doble pivote que se antoja inamovible para Paco Herrera y que promete dar la seguridad que le faltó a la UD el curso pasado.