Adiós al luto amarillo. Crónica de un resurgir modélico. Una escalada para vengar la puñalada más profunda. Del cruento 22-J al cielo de la tabla de plata. La UD ha sabido gestionar, en solo 84 días, una catástrofe. La formación del técnico Paco Herrera, con diez puntos en las primeras cuatro jornadas, gobierna la competición -igualado con el segundo Girona pero con mejor diferencia de goles-. Luce una propuesta de acero y es la envidia de la categoría.

En los primeros cuatro kilómetros de la competición, atemoriza por su pegada infernal. Araujo I es el nuevo emperador del terror. La fatídica eliminación ante el Córdoba, en la vuelta de la final del playoff por una plaza en Primera, en el macabro 22 de junio, ha recibido sepultura. El tanto de Dávila en el minuto 93, ante 32.000 almas, que desató la peor de las pesadillas, comienza a cicatrizar. Descansa en un cajón y se ha cerrado con llave.

La entidad de Pío XII ha jugado sus cartas con maestría. Podía haber nadado en sus lágrimas pero decidió pasar a la acción y edificar un proyecto de riesgo. Y de las buenas intenciones a los hechos: primer clasificado con tres victorias y un empate (10 puntos), ocho goles a favor y solo dos en contra.

El mejor conjunto de Segunda, que además puso el broche de oro con el pase a la tercera ronda de la Copa tras batir 0-2 al Mallorca en San Moix, se fundamenta en cinco pilares básicos. El cambio radical de rumbo en la dirección deportiva, la contratación de Paco Herrera, el olfato para la contratación de Araujo, la confianza en la columna vertebral y los descartes del excedente tóxico trazan las coordenadas del despertar.

Capítulo aparte merece la exaltación, publicitando en la campaña de abonos imágenes del 22-J, del sentimiento amarillo. Al borde de los 15.000 carnets, la pasión por el equipo es de récord. No se recuerda una comunión tan idílica entre escudo y grada.

Aire fresco en los despachos

En cinco duelos oficiales, cuatro victorias. En la 2013/14, los amarillos, con el mejor plantel de la categoría, precisaron de ocho jornadas para sumar tres victorias en Liga. Ahora, solo cuatro. Con la semilla del desastre todo ha cambiado. Herrera dirige un navío que parece invencible, que dispara las credenciales de criterio y seriedad.

Con 1,3 millones de euros menos de presupuesto para el plantel en relación a la pasada temporada, la UD (con 3,3 millones) ha desnudado las miserias de la nueva clase noble como Betis, Valladolid o Osasuna -fuera de los puestos de promoción de ascenso y con mayor capacidad económica-. La aparición de Nico Rodríguez como director deportivo, que lidera las operaciones junto a Toni Cruz, director general deportivo, y la marcha de Juanito Rodríguez y Branko Milovanovic ha supuesto una mano de pintura a la fachada. De los movimientos, solo Araujo -cinco goles- se ha ganado la condición de titular. Guzmán ha dejado destellos de revolucionario y ya cuenta con dos tantos. Pero Christian, Marcelo Silva y Casto apuntan a cotas mayores que el banquillo. Y Culio, que aún no ha debutado, tiene el ADN de de un mimbre que dejará huella. Le sobra clase.

El fichaje del ´Chino´

El fichaje de Sergio Araujo fue un desafío. Cedido por Boca, el Eibar se había inmiscuido en la operación. Pero la UD, respondió con contundencia y cerró la cesión de Boca Juniors. Fue el primer gol del consejo de administración que preside Miguel Ángel Ramírez. Suma cinco dianas, es el mejor artillero de Primera y Segunda. La grada ya tiene un nuevo ídolo, un pistolero despiadado que con 22 años respira como un veterano.

El libreto del sargento

Figura de rigor. Paco Herrera ha sido justo. Así de sencillo. Abrió la puerta a Simón y Roque, defenestrados en el pasado y recuperó a Hernán Santana y a Nauzet Alemán para el proyecto. Ha dado un barniz de serenidad a la zaga con una dupla en estado de gracia: David García y Aythami Artiles. La contundencia en el área de Raúl es la bandera de la nueva era. Se acabó lo de jugar por decreto, se impone la meritocracia. Herrera, con menos nombres, ha conformado un bloque que tiene el trivote -Javi Castellano, Hernán, Roque o Vicente- su Santo Grial.

La legión del ´Flaco´

De los 26 jugadores del primer equipo -incluyendo a Leo y Artiles del filial-, 19 son grancanarios. Bajo el temple y la experiencia de Valerón (39 años), el vestuario habla el mismo idioma. Herrera, tras las primeras jornadas, ha repetido once en dos ocasiones. Y en ambos dibujos, había diez canteranos de inicio. La cohesión es total. Las salidas de Aranda y Apoño se analizan ahora como un movimiento acertado. Otra dosis de aire fresco. Disciplina, rigor y una efectividad aplastante. Un liderato para sepultar, por unos días, el episodio más negro. Vuelve a salir el sol, pero falta un suplicio para el ascenso.

La semilla de la rabia

"No es el momento de recordar lo que pasó; no podemos ni mirar las fotografías", determinaba el capitán David García, el 22 de julio, cuando se cumplía un mes de la hecatombe, en el hotel Dunas Don Gregory de Las Burras, en la pasada pretemporada. Desde el cuadro amarillo, evocar a ese partido es mentar al diablo. Ya se pagó un elevado precio. No existe en la memoria colectiva. De aquel once que inició la final, solo seis jugadores siguen de amarillo: Ángel López, Aythami Artiles, Javi Castellano, Nauzet, Valerón y Momo saltaron al césped ante el Córdoba. A los que hay que añadir Vicente Gómez, Hernán y Héctor, que entraron en la segunda parte. Los amarillos, en el mejor partido de la promoción, merecieron un triunfo holgado, tras el 0-0 del Arcángel. El tanto inicial de Apoño no fue suficiente, ante el postrero y fatídico gol del mexicano Dávila -ahora en el Tenerife-. En un arranque de competición perfecto, con el único desliz del empate ante el Mallorca en Son Moix, la UD muestra su nuevo rostro. Un sello sólido, que quiere saldar cuentas. "El fútbol nos debe una", ha señalado Momo.