Pocos minutos antes de que José Luis Munuera Montero, el árbitro, señalara el comienzo del partido entre la UD Las Palmas y el CD Numancia, en uno de los fondos del Estadio de Gran Canaria se armó un sosegado revuelo. Justo por la zona que ocupa el grupo Ultra Naciente, asomó Miguel Ángel Ramírez -presidente del club- acompañado por María del Carmen Hernández Bento -delegada del Gobierno- y Valentín Solano -jefe superior de la Policía Nacional en Canarias-.

El gesto, tras un inicio de temporada tirante entre la Policía Nacional y la peña de la UD Las Palmas, sirve para sellar la tranquilidad entre todas las partes -cuerpo de seguridad del Estado, club y grupo de animación-, armonía que ya se encauzó el 16 de septiembre, cuando la propia delegada del Gobierno -tras una reunión- descartó la posibilidad de catalogar a Ultra Naciente como grupo de alto riesgo -recomendación realizada, a partir de un informe, por Dionisio Vega, coordinador de seguridad del Estadio de Gran Canaria-.

Aquel día, Hernández Bento prometió realizar una visita a los integrantes de Ultra Naciente para comprobar cómo anima el grupo a la UD Las Palmas. Junto a Solano, la delegada del Gobierno conversó con varios integrantes de la peña, que en la tercera jornada del presente curso -con motivo de la visita del CD Lugo al Estadio de Gran Canaria- abandonó sus asientos al conocer la intención de la Policía Nacional de catalogarles como grupo de alto riesgo. Entonces denunciaron que se sentían perseguidos y vejados por las fuerzas de seguridad del Estado.