Con la Unión Deportiva Las Palmas volcada en ataque y la SD Ponferradina colgada del larguero para defender su ventaja (2-1 en ese momento), entre todas las botas de colores que teñían de tonos chillones el césped del Toralín, apareció el modelo que Nauzet Alemán calzó ayer en la pierna derecha -violeta y amarillo- para, de una señora volea, poner un poco de orden. Fue en el minuto 79 y tras un pase, que trazó un vuelo perfecto, de Ángel López. El extremo grancanario, que entraba como una locomotora por el segundo palo, no se lo pensó dos veces cuando el balón, que viajaba desde el otro extremo, cayó del cielo para enganchar un zapatazo que estableció el empate definitivo (2-2). El tanto, una maravilla, recompensó el esfuerzo del equipo amarillo frente a un buen rival y un lamentable arbitraje.

Porque si la Unión Deportiva no sacó más de su visita al Bierzo ante el segundo clasificado de la Liga Adelante fue, en buena medida, por una serie de errores graves que cometió Pizarro Gómez, el colegiado del encuentro, que concedió una falta -cuando no era- a la SD Ponferradina que se convirtió en el 1-0; que señaló un córner a favor del conjunto local -cuando el juego debía continuar con un saque de portería- que provocó el 2-1; y que dejó de señalar un claro penalti a David Simón. Un desastre que limitó las opciones de Las Palmas.

En medio de tanto jaleo, además, quedó un partido bonito, disputado sin reservas, con tramos intensos y muchas alternativas. Un ejemplo claro de lo atractiva que está, por una cuestión de igualdad, la Segunda División. La clasificación, tras nueve jornadas de curso, revelaba que en El Toralín se cruzaban dos gallos de la categoría. Pero cuando el balón se puso a rodar, de entrada, el juego delató más respeto entre ambos equipos que otra cosa. Con las fuerzas tan similares y con tanto camino por delante, la tónica general en la Liga Adelante la marcan los errores: nadie quiere tropezar y todos, sin excepción, aspiran a aprovechar al máximo el traspié ajeno. Con esas intenciones, y bastante intensidad, SD Ponferradina y UD Las Palmas consumieron buena parte de los primeros 45 minutos.

Con Culio de baja por sanción, Paco Herrera apenas tocó la alineación que empleó la semana pasada ante el CD Numancia. Con ese antecedente -de buenos resultados- en la memoria, el técnico optó por no mover ficha. David Simón, inmenso ante el conjunto soriano, se mantuvo en una zaga completada por David García, Aythami Artiles y Ángel López con el objetivo de resguardar la portería de Casto. En el centro del campo, con Javi Castellano y Hernán como indiscutibles en el doble pivote, Vicente Gómez mantuvo su puesto en la mediapunta. La única variación llegó en la delantera, línea donde Guzmán apareció por el extremo izquierdo para acompañar a Nauzet y Araujo.

Con todo en su sitio, sin ningún cambio que rompiera la dinámica trazada durante las semanas anteriores, la Unión Deportiva se plantó en El Toralín con la intención, a priori, de intentar imponer su orden sobre el terreno de juego. Y justo por ahí llegó el primer revés para los intereses del conjunto amarillo, porque enfrente se topó con un rival bravo. Ni siquiera las bajas -Camille y Pablo Infante están fuera de circulación- empequeñecieron a la SD Ponferradina, un equipo sin el caché de algunos clubes históricos que pululan por Segunda División y sin nombres de grandes futbolistas en nómina, pero que sabe muy bien a qué juega.

Aviso de Araujo

El equipo que entrena Manolo Díaz apenas tiene grietas por las que deja pasar la luz. Es rocoso, pétreo. En la SD Ponferradina, cada movimiento individual se traza sobre el campo en busca del bien colectivo y, frente a ese orden tan cuadriculado, pocas fórmulas -más allá del talento individual- quedan para provocar un cortocircuito que derribe un sistema de seguridad tan fiable. Esa sensación de firmeza, además, se multiplica en El Toralín. Hasta anoche, el conjunto del Bierzo había ganado todos los partidos que había disputado como local.

Con el fútbol enredado entre la solidez defensiva de la SD Ponferradina y la desesperación de Las Palmas por su propia incapacidad para encontrar un atajo que llevara hasta la portería de Dinu, el representativo grancanario se apagó poco a poco. Sólo brilló, durante el primer tiempo, cuando Sergio Araujo bajó un balón en largo y dibujó una aventura en solitario que requirió lo mejor del portero local, que sacó una buena mano en el minuto 28 para desviar un tiro duro y ajustado del delantero argentino. Todo eso, y nada más que eso, fue el bagaje ofensivo que la Unión Deportiva puso sobre el campo antes del descanso, periodo al que llegó en desventaja por un accidente.

En el minuto 35, tras una jugada que había quedado invalidada por un claro fuera de juego de Yuri, el árbitro se inventó una falta en la frontal del área de la UD Las Palmas. El libre directo lo ejecutó Andy. Su chut, fuerte, tocó en la cabeza de Araujo lo justo para que la trayectoria del balón cambiara en pleno vuelo de Casto hacia uno de los palos. El guardameta intentó rectificar en el aire, pero la pelota acabó en la red (1-0, min. 36).

Por debajo en el marcador y tras no encontrar la manera de hincar el diente a la SD Ponferradina, la Unión Deportiva dio un paso al frente en la reanudación. Y, en ese avance, provocó que al rival no le quedara otra que recular. Con el cambio de escenario, Herrera terminó por dinamitar la resistencia de la SD Ponferradina con una variación táctica: Momo saltó al terreno de juego para ocupar la mediapunta. Araujo y Guzmán ocuparon los extremos y sin la figura de un delantero centro al que perseguir, la red de seguridad de la SD Ponferradina se diluyó poco a poco.

Ayudó a minar la resistencia local otra genialidad de Araujo, que convierte en oro casi todo lo que toca. Escorado hacia la banda izquierda, el delantero argentino marcó un golazo. Solo, sin más apoyos que su propia confianza, el atacante se revolvió en una de las esquinas del área para perfilarse y lanzar el balón al palo largo, justo donde Dinu no podía llegar. La pelota, tras chocar contra el poste y sacar unos cuantos signos de exclamación, se coló en la portería (1-1, min. 59).

Diez minutos duró la felicidad en Las Palmas. El tiempo que tardó Pizarro Gómez en volver a liarla al conceder un córner que debía ser un simple saque de puerta. La jugada inmediata, tras varios rebotes, acabó en la frontal del área, donde esperaba Acorán que, con un trallazo, superó a Casto (2-1, min 69).

Pero nada hizo bajar los brazos a la Unión Deportiva. Ni el marcador en contra, ni la fortaleza de la SD Ponferradina, ni que el árbitro le birlara un penalti a David Simón. Empujó hasta que llegó Nauzet y mandó parar (2-2, min. 79).