Después de meses de trabajo específico, tras un sinfín de horas sobre la bicicleta estática, Dani Castellano encara ya el tramo final de su rehabilitación tras sufrir -en marzo- una fractura por estrés del escafoides del pie izquierdo. Pero tras más de medio año de baja, el lateral no se quiere precipitar. "Después de lo que he vivido, ahora no me voy a poner plazos", advirtió el jugador antes de añadir que "el hueso no está cien por cien sellado. Y antes de unirme a la dinámica del grupo me haré una prueba para confirmar que se ha consolidado la fusión ósea. Cuando eso sea un hecho, entonces podré volver".

Dani Castellano recalcó que "de fuerza mental estoy bien" y señaló que "nunca me he venido abajo". "La recuperación", agregó, "me la he tomado de forma vital. En mi mente sólo cabía estar a tope. Y si tengo que hacer bicicleta, lo haré. Sin problema. Lo que haga falta".

Durante estos meses fuera del equipo, al canterano le ha tocado seguir las evoluciones del nuevo proyecto amarillo lejos del terreno de juego. "Muchas veces", prosiguió, "se afirma que desde fuera se sufre. Pero yo, desde la grada, disfruto con el equipo por lo que veo en el campo. Sabe en todo momento lo que hace. Ha dado un cambio, con respecto al año pasado, increíble. Me gustaría estar en ese dinámica, siento un poco de envidia por ese proceso de aprendizaje de los compañeros, porque la ambición es tremenda".

Cuestionado por el rendimiento de su hermano Javi, fijo en los planes de Paco Herrera en las primeras diez jornadas, Dani no escatimó en piropos. "Está", subrayó, "como acabó la temporada pasada. El trabajo que hace en el centro del campo es invisible. Parece que no hace nada, pero ofrece un equilibrio enorme entre líneas. Javi lo hace a la perfección".