El campeón de la Eurocup y el único equipo capaz de mirar a la cara al Real Madrid de Pablo Laso durante la liga regular de la temporada pasada se deshace. El Valencia Basket es un gigante herido. El conjunto de Velimir Perasovic, considerado hasta hace unos meses el mejor entrenador en la historia del club, se descompone con el paso de las jornadas. La semana pasada fue eliminado de la Euroliga y cayó en la cancha del colista, La Bruixa d'Or, lo que inició el carrusel de nombres para sustituir al técnico croata, entre los que destacaba el del exseleccionador español ergio Scariolo.
Finalmente el técnico ha dispuesto de una semana más de confianza y se la juega en los próximos partidos, empezando por el de hoy ante el Herbalife Gran Canaria (11.30 horas). Pero hasta él tiene claro que su situación es muy complicada y se encuentra en el alambre. Así, tras la paliza del jueves en la inútil victoria sobre el Neptunas Klaipeda para despedir la Euroliga, Perasovic declaró: "El tiempo que me quede aquí intentaremos hacerlo lo mejor posible", dijo en sala de prensa.
Una declaración que fue interpretada en Valencia como un desafío al club. Y es que la sintonía no es la misma dentro de la entidad. Este verano no renovaron al director deportivo, Toni Muedra, pese a la gran temporada que habían realizado, y su puesto lo ocupó Chechu Mulero, que era segundo entrenador de Perasovic. Ocurre que han perdido la confianza el uno con el otro y se han mostrado disconformes a la hora de planificar la plantilla. Se agitaron así las aguas en un club en el que todo iba perfecto.
También ha golpeado la lógica y la mala suerte. El ala-pívot Justin Doellman, MVP de la temporada en la Liga Endesa y de la final de la Eurocup, se marchó al Barcelona y el base Oliver Lafayette, otro de los mejores jugadores del curso, hizo las maletas camino de Olympiacos. Además de la pérdida de esos dos pilares, durante la temporada se han lesionado Sam Van Rossom, Bojan Dubljevic, Serhiy Lishchuk o Romain Sato, piezas muy importantes para Perasovic. Todo ello sumado a la presencia en la Euroliga, lo que implica muchos más esfuerzos y más concentrados, han provocado un panorama muy decepcionante teniendo en cuenta lo que se esperaba tras el gran curso anterior.
Las cifras son desastrosas. En las once primeras jornadas de la Liga Endesa han ganado seis partidos y caído en cinco, uno más que en toda la temporada anterior de Liga. Un curso que se certificó con semifinales de Copa del Rey -cayeron ante el Barcelona- y en el Playoff de la Liga Endesa -también cedieron ante el Barcelona y en el quinto partido-.
Fueron una apisonadora con un juego basado en la intensidad defensiva y la concentración. El Valencia Basket era un equipo con mayúsculas, un conjunto que sabía a lo que jugaba, muy correoso y difícil de meter mano. Pero entre las bajas de este verano y las lesiones que se han ido encadenando en este inicio de temporada el conjunto 'taronja' ha perdido su identidad. Ahora son susceptibles. Han caído de paliza ante Real Madrid y Barcelona -ambos por una diferencia de 19 puntos-, y también frente UCAM Murcia en el estreno, Unicaja Málaga y La Bruixa d'Or en la última semana.
Fichajes decepcionantes
Mientras, en Euroliga han besado la lona y quedado colistas en un grupo con Olympiacos, Estrella Roja, Laboral Kutxa, Galatasaray y Neptunas Klaipeda. En total, el balance de la temporada es de 9 victorias y 13 derrotas.
Las incorporaciones que han llegado este verano están muy lejos de los jugadores a los que han venido a suplir. Así, el joven Guillem Vives promedia 4 puntos y 3 asistencias y el pívot Kresimir Loncar 8 puntos y solo 2 rebotes. Mientras, Luke Harangody está en 10 puntos y 6 rebotes, por lo que es el fichaje que más aporta. El joven Bojan Dubljevic está en unos guarismos similares y apunta maneras, pero ninguno de los interiores es fiable a la hora de rebotear, uno de los grandes males del Valencia Basket, que esta temporada está por debajo de su nivel.
