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Baloncesto Base

Adiós a la sonrisa de Ana

El baloncesto canario y el colegio Heidelberg se vuelcan en la despedida de Ana Rodríguez Arjonilla, que se desmayó mientras jugaba un partido y falleció después en el Materno

Adiós a la sonrisa de Ana QUIQUE CURBELO

"Llenaba la clase. Ana era alegre, fantástica. Era muy buena persona y estudiante, y muy amiga de sus amigas. Será muy difícil llenar su hueco vacío", manifestaron ayer a este periódico desde el colegio Heidelberg de la capital grancanaria. En este centro escolar se tiene previsto desarrollar hoy lunes actividades y muestras de cariño, como modo de despedida en la que todos los niños y trabajadores puedan "expresar, llorar, decir y escribir" respecto a la muerte de esta alumna, con el objetivo de comenzar a asimilar y afrontar su trágica pérdida.

Ana Rodríguez Arjonilla falleció durante la madrugada del sábado en el Hospital Materno Infantil, después de que la tarde del viernes se encontrase indispuesta y se desmayase junto al banquillo durante el partido entre su equipo de la categoría prebenjamín del Heidelberg contra el Gran Canaria 2014 La Caja de Canarias.

Los restos mortales de la jugadora fueron incinerados ayer en el tanatorio San Miguel de Las Torres, en Las Palmas de Gran Canaria. Numerosos profesionales del baloncesto, jugadores de muchos clubes y de casi todas las categorías acudieron al tanatorio para asistir al velatorio y para dar las condolencias a sus padres, Nieves Arjonilla y Víctor Rodríguez, como al resto de familiares y allegados.

Entre las muchas personas que también fueron al tanatorio para dar la última despedida a Ana Rodríguez, muchas se encuentran asimismo vinculadas al colegio alemán, como trabajadores, profesorado y padres y madres de alumnos.

Otra despedida muy emotiva fue la celebrada durante la mañana de ayer en el Gran Canaria Arena. Cerca de siete mil personas mostraron su dolor, pesar y respeto durante el minuto de silencio que se hizo en el pabellón antes del inicio del partido de la liga ACB entre el Herbalife Gran Canaria y el Estudiantes.

Otro detalle de respeto y en recuerdo a Ana fue, por ejemplo, el hecho de que las jugadoras del Basket Tara jugaron su compromiso liguero con un equipaje con los colores del equipo del colegio Heidelberg -amarillo y negro-.

Cristina Ibáñez, la entrenadora del equipo de Ana Rodríguez, señaló a este rotativo, muy afectada, que "era una persona increíble, luchadora, que apoyaba a todas las compañeras. Siempre estaba alegre y con una sonrisa en la cara".

Entre lágrimas, agregó que "sólo tenía doce años", al tiempo que admitía que "fue mala suerte que ocurriese en el partido", porque podía haber pasado en otro lugar o momento.

Rosi Sánchez, ex jugadora internacional y, en la actualidad, entrenadora, bien conoce a los padres de Ana. Ella también fue al velatorio. "No hay palabras de consuelo para su familia. Es injusto que se fuese así, jugando a lo que más le gustaba, el baloncesto. Ánimo y apoyo a sus padres, y a su familia, porque en el baloncesto hay mucha gente que los quiere y les acompañará en este duro trance", declaró.

Otra de las personas muy cercana a los padres de Ana es el satauteño Óscar Alvarado, que milita en el Herbalife Gran Canaria. "Nieves [madre de la jugadora] fue mi profesora en el instituto, mi segunda entrenadora y preparadora de la categoría infantil, cuando quedé campeón de España en la categoría cadete. Ella fue mi madre en el baloncesto. Además, también jugué en los equipos de categorías inferiores del Heidelberg. Esto ha sido terrible. Igual que lo hice en el tanatorio, les expreso un mensaje de ánimo y de mucha fuerza a sus padres por ser tan buenas personas y porque me ayudaron mucho en mi carrera deportiva. Siempre estaré al lado de ellos".

"Era luchadora, ganadora, niña de equipo, pura alegría y dinamismo; era la sonrisa, una de las líderes del equipo, una referente", manifestó el entrenador Antonio Martel, quien la conocía desde pequeña y que fue uno de los testigos de lo que le sucedió la tarde del pasado viernes a Rodríguez Arjonilla en su último partido.

"Ella jugaba, se sintió mal y pidió el cambio a la entrenadora. Se sentó en el banquillo, se levantó, se puso detrás. Estaba aturdida, de pie, y se sentó en el suelo, donde se desmayó", relató Martel, quien agregó: "fui inmediatamente a buscar a sus padres y a buscar algún médico. Afortunadamente se encontraban varios en el pabellón. Se la llevaron en un coche particular al hospital, acompañados por un facultativo. Mientras, una persona, relacionada con el Materno-Infantil, alertaba por teléfono al servicio de urgencias de lo que sucedía. Todo fue muy rápido. Le podía haber pasado en cualquier sitio".

Otra persona que estaba en el citado partido era Yurena Mendoza, entrenadora del equipo visitante, el Gran Canaria 2014 La Caja de Canarias. "No la conocía como persona, pero sí como jugadora. Tenía un carácter muy competitivo y con muestras de gran pasión por este deporte. Ella, y otras compañeras, nos hacían las cosas muy difíciles cuando jugábamos contra el equipo del colegio alemán", afirmó la entrenadora, cuya madre, Evelia Lemes, que también estaba en el pabellón, fue una de las médicos que asistió a la jugadora.

Yurena Mendoza añadió: "Hay que entender que esta muerte fue algo circunstancial, puntual, no está asociado con la práctica de una actividad deportiva. La genética o el destino nos tienen el futuro marcado. No hay que dudar de lo positivo que aporta practicar el baloncesto, como otros deportes, y los valores que aportamos a los niños en esta etapa de formación".

Respecto a la causa del óbito de esta menor, no hay ninguna conclusión oficial, ni definitiva, a la espera de los resultados finales del estudio que se realizará, tras la autopsia que se hizo. En un princi-pio, se baraja que fuese por una muerte súbita por una posible patología cardiaca.

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