El lleno está casi asegurado. Solo restan 216 entradas para que el Estadio de Gran Canaria luzca el cartel de no hay billetes. Después de que los abonados liberaran en torno a mil entradas al agotarse el plazo el viernes, en la jornada del sábado se compraron unas 800. Hubo aficionados que incluso acamparon junto a las taquillas en la madrugada del viernes al sábado, pero aún quedan unas pocas. Se pondrán a la venta de nuevo a partir de las 8.00 horas y la entidad espera un lleno a rebosar.

De esta forma volverá a verse al recinto de Siete Palmas sin billetes, pero no se repetirá la asistencia de espectadores del derbi de la temporada pasada. Y es que las obras par eliminar las pistas de atletismo, que en este momento afectan sobre todo a la grada Curva, provocan que se reduzca el aforo en unos 3.000 espectadores, de 31.000 a unos 28.000.

El hecho de que el encuentro fuera declarado Día del Club -que implica que los abonados tengan que pagar y los no abonados algo más de lo habitual- no ha impedido que el Estadio de Gran Canaria vaya a lucir sus mejores galas. Las colas han sido continuadas desde que las entradas se pusieron a la venta hace ya dos semanas. La expectación es máxima en la Isla y el recinto de Siete Palmas rebosará.

De esa entrada que se espera para el partido casi mil pertenecen a los seguidores del Tenerife, que estarán en el habitual sector que facilita la UD a la hinchada visitante. La mayoría de ellos se desplazan esta misma mañana en el barco que conecta Santa Cruz con Agaete, que sale a las 8.00 horas de la mañana y volverá a las 16.00 horas.