Usted recoge en su blog una reflexión que hizo al culminar su reto de ascender a las 14 montañas más altas del mundo preguntándose: ¿Sirve para algo haber subido los 14 ochomiles

Para mí que alguien diga que lo que he hecho no es inútil me da mucha alegría. Pero cuando se dice que escalar ochomiles es inútil no es del todo verdad porque el haber hecho tantas expediciones y viajado tanto me ha permitido mucho crecer como persona. Escalar montañas, viajar por todo el mundo, poder compartir todo eso con la gente es una de las cosas que me ha servido para ser la persona que soy. Pero también hay mucha gente que dice subes y total... tienes que bajar.

Y también afirma: El éxito no es subir, es llegar abajo...

Siempre digo que cuando has llegado a la cima, llegar a los 14 ochomiles y conseguir lo que era un sueño en tu vida lo complicado es el aterrizaje. Y eso es algo que a mí me ha pasado un poco durante estos últimos años. Cuando estaba en la carrera de terminar los 14 ochomiles lo que tenía era un vértigo mortal, porque al final todos vivimos y hacemos las cosas que estamos acostumbrados a hacer. Somos personas que nos encontramos muy bien en nuestras zonas de confort y cuando un proyecto como el de los 14 ochomiles empezaba a acabarse pues pensaba mucho y me daba mucho vértigo pensar que cuando llegara abajo tenía que iniciar otro tipo de vida después de todo lo que he hecho.

Entonces, entiendo que su zona de confort es la montaña. ¿Es así?

Totalmente. Lo que pasa es que muchas veces, por obligación, tienes que salir de esto. Pero sí que es verdad que donde mejor me siento es en la montaña.

Usted ha comentado: el gran alpinista es el que sabe darse la vuelta. Algo que se puede extrapolar a todos los ámbitos de la vida...

Es cierto. Muchas veces cuando estas en grandes proyectos, el darte la vuelta cuesta mucho porque has puesto mucho esfuerzo, porque le has dedicado mucho tiempo de tu vida, pero al final merece la pena. Siempre hay un por qué te das la vuelta y, aunque cueste, es bueno saber que debes dar la vuelta. Pero eso no quiere decir que sea fácil, siempre nos es muy complicado tomar esa decisión.

¿Qué es más difícil: subir el Everest o dar una charla a una empresa o a un colectivo como la Asociación de la Empresa Familiar que es lo que le ha traído a Canarias?

(Risas). Es mucho más complicado dar una conferencia porque la gente va a estar esperando que tú des un mensaje o escuchar la experiencia de tu vida para ver si ellos pueden aprender y coger algo de ello. También tengo que decir que es muy gratificante hacerlo. Para mí tiene las dos vertientes.

Muchas veces hablamos o se destacan los éxitos individuales de alguien, pero olvidamos la importancia de la familia y del equipo que está detrás de esos logros. Usted siempre hace referencia a ellos...

Al final lo que una persona consigue en su vida no es solamente por el trabajo que ha hecho ella sola, sino gracias también a un montón de gente que hay detrás. Los grandes objetivos y retos que se consiguen en la vida son gracias a la familia, a la gente, al equipo que hay al lado tuyo, que cree en tí, en tus sueños y en tus proyectos.

¿Ha estado alguna vez en la cima de El Teide?

Sí. Para mí es impresionante que se pueda subir a una montaña de casi 4.000 metros desde el nivel del mar. Poder hacer ese desnivel y tener esas vistas que hay en la cima de El Teide es espectacular. Creo que en Tenerife tienen un chollo increíble.

Con la experiencia que atesora, ¿cree que el primero en ascender al Everest fue Mallory o Hillary?

Hay muchas teorías sobre ello. Si en 1924 Mallory hubiera sido el primero en llegar a la cima del Everest hubiera sido la pera porque se subió en 1953. ¿Quién subió antes? No lo sé, no lo podemos afirmar con rotundidad. Imaginemos que algún día se pudiera confirmar que fueron Mallory e Irving en 1924, sin quitar ningún mérito a Hillary. Eso sería... Aquello sí que eran expediciones de verdad, desde que salían de Inglaterra hasta llegar a la cumbre del Everest. Aventuras auténticas...

Hace poco más de mes y medio, Cadwell y Jorgeson ascendieron El Capitán en el Parque Yosemite (California, Estados Unidos) solo con sus pies y sus manos y la hazaña ha sido la escalada más seguida de la historia gracias a las redes sociales. ¿Qué le sugiere?

Todo ha cambiado de una forma muy rápida. Antes, el deporte del montañismo era muy mino- ritario y no llegaba a la gente. Ahora, con toda la tecnología que tenemos a nuestro alcance y con las redes sociales hacen que podamos seguir a una expedición en tiempo real, en directo de lo que está pasando. Esto, como todo, tiene sus cosas buena y sus cosas malas. Para los que son un poco más románticos dirán que le ha quitado misticismo, mientras que otros dirán que es la mejor manera de comunicar a la gente lo que pasa. Pero no solo en las comunicaciones, las nuevas tecnologías han traído muchos adelantos, como los materiales que se emplean en las escaladas. Antes no se podía comunicar nada desde un campamento base hasta que habías hecho cumbre y bajabas de nuevo a casa. Ahora, en tiempo real, tenemos dónde estamos, que temperatura o que humedad hace...

Edurne Pasaban, Mireia Belmonte, las chicas del balonmano o del baloncesto... ¿El deporte femenino está dando mu- chísimas alegrías a nuestro país? Además, usted afirma en su blog: las mujeres somos luchadoras y sufridoras; conseguimos todo lo que nos proponemos...

Afortunadamente España es un país referente mundial en estos aspectos. Es verdad que las mujeres destacan muchísimo. Al final, las mujeres sean españolas o de donde sean sí que somos luchadoras, tenaces. Las chicas que son profesionales y también las que están en el deporte base luchan y tienen una capacidad enorme de sufrimiento.

Las conferencias, los viajes, su Fundación, el proyecto Kabi... ¿Usted no tiene tiempo para aburrirse?

Es verdad. Pero el problema de no tener tiempo para aburrirte es que no tienes tiempo para uno mismo y esto es lo que más me fastidia.