El día que Cristiano Ronaldo se convirtió en el máximo goleador en competiciones europeas, con su doblete al Schalke con el que alcanzó 78 tantos, el portugués declinó hablar con los medios de comunicación en la zona mixta del Bernabéu y aseguró que no lo va a hacer "hasta final de temporada". Es la imagen de un crack a la baja.

El delantero luso está enfadado con la prensa por todo lo publicado tras la celebración de su 30 cumpleaños en la noche en la que el Real Madrid perdió 4-0 en el derbi capitalino ante el Atlético de Madrid en el estadio Vicente Calderón. En un día para que hombres importantes dieran la cara, como sí hizo el capitán Íker Casillas, Ronaldo decidió no hablar para dar explicaciones del mal momento del Real Madrid ni de su nuevo récord goleador.

Con rostro serio, al pasar por la zona mixta, de obligado paso para los jugadores por la UEFA, afirmó sin parar en su camino hacia el aparcamiento del estadio, que no hablará hasta final de temporada. El club decidió eliminar en la etapa de José Mourinho como técnico las ruedas de prensa diarias en la ciudad deportiva de Valdebebas y sus jugadores tan sólo hablan ante los medios de comunicación en actos publicitarios, zonas mixtas y en vísperas de un encuentro europeo.