El Mundial de Fórmula 1 se pone hoy en marcha con los primeros entrenamientos libres del Gran Premio de Australia, donde Mercedes amenaza con extender la dictadura impuesta la temporada pasada ante el empuje, desde varios peldaños abajo, de Williams, Ferrari o Red Bull, mientars McLaren llega envuelta en las dudas generadas por el nuevo propulsor de Honda en su regreso al Circo y sin la presencia, por precaución tras su accidente, del bicampeón asturiano Fernando Alonso.

Solamente Daniel Ricciardo (Red Bull), ganador en Canadá, Hungría y Bélgica, pudo inmiscuirse la temporada pasada en el cara a cara entre Lewis Hamilton y Nico Rosberg, que el británico no resolvió hasta la última cita del año en Abu Dabi, donde se produjo un novedoso reparto doble de puntos que la Federación Internacional ha elminado para este curso.

"Estoy seguro de que las carreras estarán más competidas", aseguró Hamilton con la boca pequeña, sobre todo a tenor de los visto en doce jornadas de pretemporada entre Jerez y Montmeló, donde el nuevo W06 de Mercedes se ha mostrado tan rápido, fiable y dominante como su predecesor, con el que el piloto británico ganó el pasado año once de las diecinueve carreras disputadas para lograr su segunda corona. "Estoy concentrado para ir todavía más rápido y culminar la revancha", avisó Nico Rosberg, que sueña con su primer título del mundo tras ganar en 2014 los GP de Australia, Mónaco, Austria, Alemania y Brasil.

Mercedes fue la escudería que mejor se adaptó al drástico cambio de normativa del año pasado y a la llegada de los nuevos propulsores híbridos, y todos sus rivales reconocen y asumen la superioridad de las flechas de plata. Aunque algunos han mostrado signos de mejoría en pretemporada, caso de Ferrari, ese no ha sido el de McLaren en el año del retorno de Fernando Alonso.

El ovetense ha emprendido el camino del hijo pródigo, pero sus primeros meses en el equipo que abandonó hace siete años tras vivir una batalla fratricida con Lewis Hamilton -batalla que posibilitó la consecución del título por parte de Kimi Raikkonen, el último campeón con Ferrari- no han podido ser peores, hasta el punto de que se perderá la primera cita en Melbourne Park tras el extraño accidente que sufrió en Montmeló y que sigue bajo investigación.

Los exámenes físicos a los que ha sido sometido evidencian la total recuperarión del piloto ovetense, pero los médicos le recomendaron no disputar la primera carrera del año por precaución. El objetivo ahora del asturiano es estar a punto para la segunda cita, el día 29 en el Gran Premio de Malasia.

Falta de competitividad

Los test de pretemporada se han convertido en un rosario de problemas para los McLaren-Honda, que entre las doce jornadas de ensayos disputadas entre Jerez (cuatro) y Montmeló (ocho) únicamente completar 279 vueltas por las 1.419 de Mercedes, las 1,232 de Sauber, las 1.204 de Toro Rosso, las 1.193 de Ferrari o las 1.067 de Williams.

"McLaren-Honda no será competitivo durante meses", reconoció el máximo responsable del equipo, Eric Boullier, antes de esta primera carrera en la que el danés Kevin Magnussen ocupará el puesto de Fernando Alonso.

Mejores sensaciones ha dejado durante el invierno Ferrari, inmerso en una reconstrucción con nuevo presidente, nuevo director deportivo y nuevo piloto estrella, un Sebastian Vettel tetracampeón con Red Bull. En ese segundo vagón también se encuentran Red Bull, que quiere consolidar a Ricciardo como aspirante al título, y Williams, que propulsada también con motores Mercedes repite con Massa y Bottas al volante.

Entre los cinco pilotos debutantes en Melbourne hay dos españoles: Carlos Sainz (Toro Rosso) y Roberto Merhi (Manor).