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Entrevista. Psicóloga clínica y deportiva

Patricia Ramírez. "A los técnicos les importa saber motivar y transmitir seguridad"

La especialista en su libro da herramientas a los técnicos para gestionar las emociones de su vestuario, afianzar su liderazgo y motivar al grupo

Patricia Ramírez, psicóloga de la salud y del deporte, el pasado jueves en el Sheraton Salobre Golf Resort. GIORGIO RAPETTI

Lleva 20 años trabajando en un lado desconocido del fútbol, de puertas para adentro del vestuario, como psicóloga de diversos entrenadores. ¿También de jugadores?

Mi trabajo en psicología del deporte es sobre todo con el deportista, pero últimamente también tengo mucho trabajo con los entrenadores.

¿Qué le empujó a escribir el libro Así lideras, así compites

Me llegaban muchos correos de entrenadores de categorías inferiores, de niños pequeños, con el interés de 'oye, tengo un niño que no sé cómo motivarlo', 'llevamos cinco partidos perdidos y no sé qué hacer', 'tengo un padre que presiona a su hijo y cómo actúo', y yo veía que había esa necesidad de tener un poquito de información. Son unas nociones básicas de psicología, de liderazgo y gestión de personas para que los entrenadores tengan herramientas. El libro es muy práctico, tiene mucha parte de dinámica, de ejercicios para que sepan trabajar la confianza y la motivación.

¿Entonces está vinculado en cierta manera con la psicología cognitivo conductual?

Sí, mi orientación es cognitiva conductual.

¿Qué aptitudes debe reunir un técnico para gestionar de forma efectiva un vestuario?

En el capítulo uno del libro tengo 15 puntos que para mí son importantes. Pero para gestionar un vestuario hay que tener mucha calidad humana y mucha empatía, saber ponerse en el lugar del otro; hay que trabajar la cohesión para que el grupo funcione, sea una piña y esté unido; tienes que trasladar confianza, tienes que respetar y, sobre todo, tienes que ser un buen modelo de conducta, aquello que esperamos de la gente a la que dirigimos, tenemos que representarlo nosotros, 'te digo lo que haces pero no lo hago yo', no funciona.

¿Y en el caso de vestuarios que están llenos de egos, en los grandes equipos e incluso conjuntos inferiores?

Creo que eso es más un mito. Es cierto que habrá gente que tenga ego, pero creo que esa parte que se pueda ver así de un jugador es un poco más una barrera que él pone para tomar distancia con la prensa, con comentarios críticos, pero creo que el jugador dentro del vestuario es un compañero, que sabe que sus otros compañeros le van a hacer mejor su juego, y que si no hay un vestuario conflictivo, en general siempre hay muy buen rollo y es fácil trabajar con ellos.

Antes de adentrarse en este mundo del deporte, ¿en qué campo de la psicología trabajó?

Yo compagino la psicología de la salud con la psicología del deporte. Vengo de la psicología clínica, hice un máster en clínica en 1995-96 y un doctorado en clínica en el Departamento de personalidad, evaluación y tratamiento psicológico de la Universidad de Granada. Siempre digo que aplico la psicología de la salud al deporte, porque cuando trabajas pensamientos o emociones de una persona con depresión o ansiedad, coges como un fondo, y luego trabajarlo con alguien que está altamente motivado es mucho más sencillo, pero las herramientas para trabajar en un lado y otro son las mismas.

¿Fue gimnasta deportiva?

Hacía gimnasia deportiva, pero no competía a ningún nivel, estaba en un grupo y tenía los campeonatos típicos regionales, pero sí es cierto que antes de que empezara un ejercicio, el hecho de esperar la música me generaba una sensación de '¿y si me olvido todo?'.

Lo calificaba como 'un momento aterrador', ¿verdad?

Sí, ahí me di cuenta que eso era ansiedad. Eso se me olvidó y luego hice psicología y se me olvidó, pero cuando empecé a trabajar en psicología del deporte, me vino ese momento enseguida. Dije: 'Ostras! Qué difícil es gestionar el momento en el que te lo juegas todo!'. Yo no me jugaba nada porque era una niña, pero imagínate aquella gente que va a una olimpiada.

¿Cómo tomó el rumbo de la psicología del deporte?

Me la propusieron. Empecé a colaborar con dos médicos del deporte en Granada. Tenían algunos deportistas con los que querían que trabajara, porque estaban lesionados, y a raíz de ahí me metí.

Considera a los técnicos Pepe Mel y Gregorio Manzano, con los que ha trabajado, como la antítesis del míster que soluciona las cosas a grito pelado o machacando con el error. ¿Qué les definen entonces?

Otros ejemplos son Paco Herrera y Vicente del Bosque. No son jefes autoritarios, que elevan el volumen de voz, gesticulan con amenazas, y eligen los objetivos sin contar con el grupo, sino que son gestores de personas, de emociones, que demuestran que se puede liderar de otra manera, con un estilo democrático, que se pueden conseguir las cosas con argumentos, de forma participativa, donde no hay coacción, sino respeto, y valoran la aportación de todos los jugadores, enriquece al grupo, la responsabilidad final y la toma de decisiones recaen sobre el líder, pero suele ser el resultado de un consenso.

Trabajó cinco años en el R.C.D. Mallorca y dos años en el Real Betis Balompié. ¿Algún momento que le marcara en especial?

El ascenso a Primera División del Betis [2011]. Íbamos en el AVE cuando nos enteramos de que el Granada empató con el Elche. Pensé que el tren volcaba. Cuando llegamos a Sevilla apareció allí una masa de personas, se me está poniendo la piel de gallina, porque la afición bética es muy apasionada y muy entregada. Fue increíble. Pepe Mel me dijo el primer día que empezamos a trabajar 'este año hay que subir sí o sí'. Y yo dije: 'éste es un punto de no retorno'. Entonces trabajar con esa presión todo el año y ver cómo cada triunfo se celebraba como algo grandioso, y cuando perdíamos era tremendo. Ese año fue muy significativo.

Está claro que debe ser aficionada al fútbol.

Sí, desde pequeña, he ido toda la vida con mi padre y con mi hermano, así que se me ha pegado también.

¿Cuáles son las inquietudes más comunes de los entrenadores que le piden ayuda?

Lo que más les importa, por un lado, es saber motivar, pero cómo transmitir seguridad y seguir manteniendo el ánimo, también es importante, porque cuando tú tienes un jugador que no le están saliendo las cosas, que ves que se viene abajo, ¿cómo le cambio yo esa racha, ese estado, para que siga confiando en él? Durante las buenas, nadie te llama, la gente a veces nos tiene como si fuéramos bomberos, para apagar fuegos.

Precisamente tan importante es estar en los malos momentos como en los buenos, porque puede que un equipo con éxito se relaje y baje el rendimiento.

Exacto. Cuando tú vas muy bien el cerebro se acomoda, no intencionadamente, no te conviertes en un vago, pero tu cerebro interpreta que tienes una ganancia acumulada para vivir tranquilo, como una cuenta de ahorro, entonces no me tengo que esforzar tanto. Es una conducta inteligente en la que tu cerebro intenta ahorrar energía, por eso es tan importante nunca dejar de saber competir y tener intensidad, de salir a luchar el partido como si lo necesitáramos.

El famoso 'partido a partido', en cierta manera.

Sí, y esto sólo es para los profesionales, nunca lo podemos hacer con los niños, a los que hay que decir que disfruten del deporte, que se relacionen, que se eduquen en valores, que sean buenos compañeros, que respeten al rival, pero no les podemos decir que metan esa intensidad para competir porque no es la apropiada.

Hace años la psicología deportiva era algo impensable.

Exactamente, porque no se conocía.

¿Cómo ha sido la evolución en estas dos décadas de trabajo?

A base de hablar de la psicología del deporte y ahora conocer cómo trabajamos, y que los deportistas mismos hablen de ella, pues la gente empieza a verlo como algo más normal. Si uno se pregunta en qué medida el éxito deportivo depende de tu entrenamiento mental, hay un porcentaje muy alto. Entrenas el físico, pero no entrenas la mente, estás esperando que tu jugador se concentre, que gestione sus emociones, que tome decisiones adecuadas, pero no le estás enseñando cómo hacerlo. No podemos pedirles cosas sin entrenarlas, porque genera mucha frustración.

¿A qué se refiere cuando menciona a Pigmalión

El efecto Pigmalión es la capacidad que tienen algunos líderes de detectar cosas buenas en la gente que dirigen y transmitir la confianza para decirles que pueden hacerlo. Es la gente capaz de sacar lo mejor de ti, de descubrir talentos en las personas, y a través de la bondad, el empuje, la motivación.

También habla en Así lideras, así compites

Toda aquella gente que cree más en el refuerzo que en el castigo. Cada vez que te refuerzan algo, te están enseñando el camino, te están diciendo que están orgullosos de ti, y las personas necesitamos sentirnos apreciados por los demás, porque forma parte de nuestro autoconcepto. Cuando te valoran, te dicen que te estás esforzando, el elogio no debilita, al revés , hace que te sientas seguro y que tengas más ganas de seguir haciendo aquello por lo que se te está reconociendo.

Cuando un delantero no marca y eso le genera ansiedad, ¿qué es lo primero que se debe hacer?

Yo establezco con ellos objetivos de rendimiento. Hay que olvidarnos de que hay que hacer gol, y centrarnos en elaborar una jugada que pueda o no llevarnos a él, pero que el jugador esté centrado en aquello que depende de él. Y cuando estamos en un momento de falta de confianza, me gusta coger goles que han hecho, que me describan por qué ha sido, de qué manera han intervenido, y preguntarles si eso lo siguen teniendo. Entonces la gente se da cuenta de que no pierde el talento, sino que simplemente a veces eso es fruto de la casualidad o de la desconfianza.

Con respecto a levantar la moral de todo un conjunto, ¿qué se hace cuando alguien ha tenido la Copa de Europa en la mano hasta el minuto 93, como le pasó al Atlético de Madrid, y al final pierde el título?

Primero hay que pasar un periodo de duelo, porque has perdido algo que tú querías, entonces hay que dejar que las emociones, como la frustración y la rabia, salgan fuera, si queremos llorar, lloramos. Y luego simplemente hay que felicitar a tu equipo por el trabajo tan maravilloso que han hecho y decirles que el año que viene volveremos a luchar por lo mismo, pero lamentaciones pocas, y reproches menos.

¿Qué le parecen los valores de Juan Carlos Valerón?

Creo que es un líder nato, es un lujo contar con él en un equipo, esa veteranía, experiencia, el saber estar, un conjunto de todo. No sólo suma en el campo, sino dentro del equipo.

En su carrera ¿ha presenciado abusos de autoridad?

Siempre ves a alguien que levanta la voz, que se cree que porque está por encima se puede permitir el lujo de humillar, pero no son la gente con la que habitualmente trabajo, porque para trabajar con un entrenador necesito tener sinergia y sintonía y tener la misma escala de valores.

¿Hay entrenadores que suelen quedarse en la zona de confort?

Hay algunos que a veces les da miedo el éxito y saltan sin saber si están preparados, pero el entrenador apasionado por el fútbol, querrá siempre subir, y tener un equipo grande y disfrutar de la categoría, porque es para lo que lleva preparándose toda la vida. Es un reto.

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