Último adiós a una leyenda. Antonio Betancort, exguardameta de la Unión Deportiva Las Palmas, Deportivo de La Coruña, Real Madrid y la selección española, fue incinerado rodeado de su familia íntima y sus amigos más cercanos. Decenas de compañeros suyos, que escribieron junto a él las páginas más importantes de la historia del fútbol canario, acompañaron a la familia en el tanatorio San Miguel durante la mañana de ayer.
El Real Madrid estuvo representado por Emilio Butragueño, director de Relaciones Institucionales del club, y por Amancio Amaro, un icono del club blanco que compartió vestuario con el portero grancanario. "Hemos intentado acompañar a la familia en su dolor porque es un miembro distinguido del madridismo, es nuestra historia y teníamos que estar aquí con su familia", explicó Butragueño.
Además no dudó en asegurar que las dimensiones deportivas y mediáticas que ha alcanzado el Madrid se debe a futbolistas como el fallecido guardameta. Para él, "el Real Madrid es lo que es por hombres como Betancort". El exdelantero y directivo del equipo madrileño situó a Betancort en el epicentro de "parte de nuestra mejor historia". Y es que con Betancort en la portería, el Real Madrid consiguió seis Ligas, dos Copas del Rey y la sexta Copa de Europa. También levantó el trofeo Zamora, que le acreditó como el portero menos goleado de la Primera División, en dos temporadas.
"El Real Madrid tiene que mostrar su gratitud y agradecimiento con todas estas personas, porque sin ellos, esta institución no sería lo mismo, con total seguridad", continuó. Sus recuerdos de Betancort en la portería, por razones de edad, se centran en los cromos que coleccionaba de niño. Pero no sólo sus recuerdos se quedaban en las estampas de colección. "Como soy muy preguntón, los veteranos del Madrid me han hablado mucho de él. Era un hombre muy discreto y que llevó siempre al Madrid en el corazón", aseguró. Su generación yé-yé dominó el fútbol español gracias no sólo a su talento, sino a que "eran una familia", según palabras de Butragueño.
Más persona que portero
Uno de los integrantes de aquella familia era Amancio Amaro. "Le tocó salir cedido al Deportivo como compensación cuando fiché por el Madrid junto con Antonio Ruiz [después entrenador de la UD Las Palmas] pero en cuanto llegó compartimos momentos muy felices ganando títulos, pero por encima de eso tenemos el recuerdo de su gran persona", confesó. Su puro después de comer en las concentraciones del equipo es un recuerdo que Amancio siempre llevará consigo. "Era habitual que algunos futbolistas fumasemos cigarrillos, pero él lo que hacía era fumarse un purito canario después de comer", señaló.
Trona, compañero de Betancort en su última etapa de futbolista, destacó "la profesionalidad" del meta. "Fue un maestro para mí y los que empezábamos en el equipo. Fijarnos en él nos ayudaba a ser mejor profesional", aseguró Trona.
Juani Castillo conoció a Betancort como secretario técnico del equipo. "Cuando llegué al primer equipo me ayudó mucho. Siempre estaba predispuesto a ayudar a los jóvenes", apuntó. Sus paradas, su purito y su afable caracter son historia del fútbol de Gran Canaria.
