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Baloncesto Eurocup (cuartos de final, ida)

La pasión no es turca

El Herbalife despliega su carácter en un arreón final para llevarse diez puntos de ventaja para la vuelta (76-66) ante el Karsiyaka P Oliver y Newley, capitales

Alrededor de una treintena de hinchas del Karsiyaka se desplazaron hasta Gran Canaria para ver el partido. El frío del Arena no les impidió no parar de animar en todo el duelo. QUIQUE CURBELO

El Herbalife no quiere cerrar la verja de ese bar donde olvida sus problemas de la Liga Endesa y se embriaga de buen baloncesto. Una barra que sirve para vía de escapes de sus problemas cotidianos, su irregularidad en la competición regular -que le tienen fuera del Playoff- y su débil mentalidad para afrontar los momentos difíciles. El Granca tiene ganas de otra ronda en la Eurocup y va camino de conseguirlo. El equipo de Aíto García Reneses sacó su carácter para tumbar al Pinar Karsiyaka turco por diez puntos (76-66) y sacar un buen resultado para afrontar el averno que tiene que visitar el miércoles que viene en la provincia otomana de Esmirna.

Porque aunque diez puntos de ventaja es una buena renta, quedan 40 minutos de calor en el Karsiyaka Arena, un lugar que suena como el motor de un avión en marcha literalmente -se alcanzaron 126,5 decibelios ante el Lietuvos Rytas, el equivalente a ese sonido-. Pero además de ruido, el Karsiyaka tiene baloncesto. Ayer mostró sus armas desde el principio con un triple inicial de Dixon. La tensión de los dos equipos y el conservadurismo que mostraban en sus ataques, erráticos a rachas con un 9-7mediado el primer cuarto dejó paso a que las muñecas se calentasen y el juego ofensivo empezara a fluir. En la conciencia de ambos equipos estaba presente el partido de vuelta. El Herbalife, aplicado en defensa, mostrando una intensidad digna de otros cursos y estirados en ataque, conseguía poner a un equipo con gran potencial en 17 puntos al fin del primer cuarto (22-17).

Las armas de los otomanos afloraban poco a poco. Strawberry, demostró lo que parece un rompe cinturas. Sus detalles empezaron a revivir el ánimo de un Karsiyaka que encontraba en su juego una gotera por donde empezar a inundar al Herbalife. Con cuatro canastas casi consecutivas, el ex de Phoenix Suns logró empatar el partido (28-28). Por momentos, se empezó a imponer el espíritu a la cabeza. Además, Palacios empezó a sentirse cómodo con la defensa de Kendall, ese hombre al que Aíto intenta modelar para hacer de él un cinco moderno, pero que sigue mostrando debilidades en defensa cuando se encuentra con un hombre curtido en mil revolcones en la pintura como el colombiano. Más agua que achicar para el Granca. El equipo de Aíto tenía que tapar esos escapes y el partido llegó al descanso con un empate a 42.

A taponar los agujeros

Poco más de un minuto y medio faltaba para empezar el tercer periodo y el Granca seguía en los vestuarios. Había que ajustar todos ese desorden que propició que el Pinar Karsiyaka igualara el marcador. La intensidad defensiva subió un punto más, pero el ataque sufría un cortocircuito. Cuando Tomás Bellas se divierte, se divierte el Herbalife. Y costaba que el base madrileño se sintiese cómodo en la pista. Porque los turcos, además de atacar bien, también se implican a la hora de bajar el trasero y molestar al rival.

Oliver a la pista para intentar solucionar el problema. El de Terrasa, que hasta entonces sumaba seis puntos en el partido, salió al rescate y empezó a domar el ataque claretiano. La experiencia es un grado y el catalán la tiene. Juega y hace jugar. La solidaridad defensiva mantenía el vendaval turco y el ataque se estiró otra vez para llegar al último cuarto dos arriba (57-55).

El Gran Canaria, ese equipo que tantas veces ha carecido de identidad durante el curso, sacó su carácter. Esa cara que hace que el público se enganche con él y le empuje a sacar adelante los partidos. Esa cara que obliga a los rivales a ponerlo todo en la pista si se quiere llevar la victoria. Esa cara que ha hecho del Herbalife un equipo grande en los últimos años. Una cara que tiene y que ayer mostró en el último cuarto ante un rival más preocupado por seguir cerca en el marcador, pensando en el partido de vuelta, que en ir a por el aro amarillo.

Con el base catalán otra vez al manejo del timón empezaron los mejores minutos del Herbalife. Con cuatro puntos de ventaja (63-59) llegó el pico de inflexión del partido. La identidad amarilla, esa que parece perdida a veces, explotó en Newley. No podía ser otro. Su coraje y pundonor le acompañarán siempre. A veces para bien y otras para mal. En ese momento del partido, donde los turcos se sentían tan cómodos con la corta renta amarilla, un intento de penetración suya acabó en canasta y falta antideportiva para poner el 65-59 en el marcador que con el tiro adicional se puso en 66-59, colocando la máxima diferencia del partido hasta entonces (+7).

El movimiento de Aíto en la banda con dos bases puros (Bellas y Oliver) propició una renta que se fue hasta los 12 puntos a favor (76-64). Strawberry dejó la ventaja para el Granca en diez puntos (76-66). Todo un tesoro para enfrentarse al baloncesto y ruido de un avión.

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