50 segundos. Ese fue el tiempo que transcurrió cuando la afición del Granca decidió ovacionar al entrenador de La Bruixa d'Or Manresa, Pedro Martínez, antes del arranque del encuentro contra los catalanes ayer. En pie y de forma espontánea y casi unánime, los 6.041 espectadores del Gran Canaria Arena acogieron con un sentido y cálido aplauso al que fuera técnico del conjunto claretiano durante ocho años (2009-2014). Ayer su vuelta a su antiguo hogar deportivo sí que tuvo un final feliz. El colista de la Liga Endesa derribó por cuarto año consecutivo a un Granca que no supo aprovechar el factor psicológico de una renta de 16 puntos en el tercer periodo.
Fue amado de puertas para fuera del vestuario en su etapa en el Granca y sus resultados ahí están. Pedro Martínez consiguió que los grandes rivales de la ACB empezaran a respetar al bloque amarillo. Hasta en siete ocasiones el barcelonés de 53 años logró meter al equipo en el Playoff, también en la fase final de cinco ediciones de la Copa del Rey , récord de triunfos en una temporada, y en especial, alcanzar unas semifinales de la Liga Endesa y de la Copa. Son conquistas que el público isleño reconoció y agradeció de corazón ayer, como José Luis Sánchez, que guarda muy buenos recuerdos de Pedro Martínez y al que da las gracias por sentar los cimientos del actual bloque grancanario. "Su vuelta era muy esperada, su paso significó todo para el equipo, mucho de lo que tenemos ahora se lo debemos. Si no llega a ser por él, no estaríamos donde estamos ahora", opinó este taxista de Valsequillo, fiel seguidor amarillo desde hace muchos años.
Asimismo, Tony Bordón, un comercial grancanario, subrayó que el actual técnico de la Bruixa d'Or Manresa acercó al Granca a metas impensables a priori. "Nos llevó donde nunca habíamos estado. Imprimió disciplina en el equipo y había como una comunión con la grada", comentó este vecino de la capital grancanaria, espectador habitual de los encuentros en el Gran Canaria Arena.
En rueda de prensa Pedro Martínez dirigió palabras de agradecimiento a esos vítores finales de "¡Pedro, Pedro!" de la hinchada amarilla y echó la vista atrás en el tiempo. "Muchos sacrificios del pasado, míos y de mi familia, muchos esfuerzos realizados, con cosas como la de hoy, pues cobran sentido. Gracias a días como hoy [por ayer], determinadas vicisitudes muy duras y momentos muy difíciles en una ca, tienen sentido por encima de la victoria o derrota", explicó el entrenador del bloque manresano. "Estoy muy orgulloso de pertenencia aunque ya no entrene aquí y les deseo mucha suerte", concluyó. Otros aficionados también vivieron de forma intensa el retorno del técnico catalán a tierras canarias, como Juan Vicente Perera. Este comercial grancanario señaló que "fue muy emocionante, dejó muy buena huella aquí entre la afición" por lo que "siempre es bienvenido". Perera luce orgulloso su bufanda del Granca, porque "para una isla tener un equipo así es un lujo".
Patricia Prat también acogió a Pedro Martínez con mucho entusiasmo, porque el equipo dio un paso de gigante con él dentro de la competición. "Su paso fue muy positivo, la afición le quiere un montón, hizo una revolución en el equipo y ha dejado un grato recuerdo para todos, tanto a nivel de afición como los jugadores que quedan de la temporada pasada", apuntó esta administrativa canaria. Su marido, miembro de la mesa técnica, le contagió la pasión por este equipo hace más de una década.
Si hay alguien que ha visto crecer al Herbalife Gran Canaria, esa persona es Irene Sánchez, que se apoya a los hombres de Aíto "desde que jugaban en Tamaraceite hace 30 años". Esta madre de familia y exoficial de sastrería destacó la gran bienvenida al técnico de La Bruixa d'Or en su antigua casa. "El recibimiento a Pedro ha sido muy satisfactorio para él y para nosotros porque le apreciamos bastante. Subió al Gran Canaria a la élite cuando jugamos las semifinales de la Copa del Rey, que nunca lo habíamos conseguido, ha dejado huella", comentó Sánchez, que es miembro de una de las primeras peñas amarillas, El Humo. "Por aquel entonces mi hija tenía ocho años y ahora tiene 36", evocó esta vecina.
Con este triunfo, la Bruixa d'Or suma ya su cuarta victoria consecutiva en domicilio grancanario y un extra de motivación para los chicos de Martínez para escapar del descenso. "A lo mejor a veces estas cosas son tonterías, que son cosas, tradiciones a las que agarrarte, que no tienen una explicación, pero seguramente nos ha dado hoy un punto de fe, que otros finales igualados incluso mejores, sin un desarrollo tan malo como el que hemos tenido hoy, pues durante el año siempre perdíamos", apuntó el extécnico del Granca.
