Goles de chiste. Museo del despropósito amarillo. La UD ha dilapidado, en un margen récord, el rigor defensivo que se había ganado en la primera parte del campeonato. En sus dos últimas intervenciones ligueras ha encajado 7 tantos. En la penúltima jornada, ante el Real Betis, los amarillos fueron superados en once minutos de pesadilla (del 65' al 76') en el Estadio de Gran Canaria. El pasado sábado, en el cementerio de Los Pajaritos de Soria [donde los isleños no vencen desde junio del 2003], se clonó la fatalidad. Hecatombe tras 11 minutos de catarsis. De nuevo, tres puñaladas y el cuarto lo puso Julio Álvarez, el protagonista en la tormenta, con un gol olímpico ante la pasividad del meta amarillo Casto.
La última ocasión que la UD recibió siete tantos en dos jornadas ligueras se remonta a la era más negra de Sergio Lobera en el banquillo. Fue en septiembre del 2012 cuando la UD fue humillado (5-0) en Montilivi ante el Girona y luego empataría ante el filial del Villarreal (2-2). Tres años después, el cuadro grancanario vuelve a recibir siete puñaladas en dos duelos para el olvido. Los pupilos del estratega Paco Herrera afrontan el capítulo más crítico del curso. Es la primera ocasión que encadena cinco jornadas sin un triunfo [el último fue ante el Racing (1-0) el pasado 15 de febrero] y también se trata de la primera vez que encaja cuatro dianas en un duelo liguero.
1-0: la soledad del ejecutor
Minuto 24. Julio Álvarez, la gran pesadilla amarilla, cede en corto para Vicente -costado derecho-. El centrocampista combina con Isidoro. El lateral del cuadro soriano levanta la cabeza y manda el esférico a Natalio. El atacante aprovecha un error en el corte de Ángel López y gana la línea de fondo. Ante la oposición del internacional de Pozo Izquierdo, firma un centro raso al corazón del área. Y Julio Álvarez, tras recorrer todo el campo de la UD, desde el círculo central al punto de penalti, fusila a Casto sin oposición. El balón toca el palo y supera al portero amarillo. Roque Mesa llega tarde a la presión, se olvidó de un mimbre que cabalgó con total libertad. Queda en evidencia la falta de contundencia de los zagueros y de anticipación ante la llegada de una segunda línea diabólica.
2-0: bloqueo y pizarra
Minuto 29.Solo cinco después del primer misil de plutonio al corazón del navío de Herrera, el grancanario Juanma firmaba el 2-0 [que no celebraría por su pasado amarillo]. Julio Álvarez,letal en los 4 tantos, completa un saque de falta lateral -provocada sobre el mismo internacional venezolano con polémica por Simón- y el de Vecindario luce su cabeza de oro. Remate inapelable, tras superar la marca de Marcelo Silva. Una pantalla de Gaffoor y Antonio Tomás dejó fuera de combate al zaguero uruguayo. Casto, que se encuentra el balón, responde sin fe. Tanto de pizarra ante una retaguardia carente de espíritu. El amarillo Roque estaba en la frontal y sin marcar a su par.
3-0: errores de marca
Minuto 35. Otra falta lateral. De nuevo, una pesadilla mayúscula como Julio Álvarez. El Numancia, con diez, al encontrarse fuera del terreno de juego, el lesionado Vicente -que recibió la entrada de Marcelo Silva, muy protestada por el uruguayo- firma el tercero. El de Caracas golpea al primer palo y Enrich, tras un fallo en el corte de Ortuño, se estrella en Casto -una parada de mérito-. El rechace termina en los pies de Natalio y el envío desde la derecha lo remacha a la red el galo Gaffoor, en el primer poste y solo. David García pierde la posición y termina por los suelos. Se repiten los pecados capitales amarillos: escasa anticipación y nula concentración.
En apenas once minutos, la UD lució su mandíbula de cristal. Este candidato al ascenso directo, por segunda jornada consecutiva, recibe una lluvia de balas sin respuesta. Es el síndrome de la depresión más absoluta. El descenso a los infiernos para un galeón que llegó a dominar la Liga en 22 jornadas.
4-1: Casto, al filo del abismo
Minuto 70. El diablo Julio Álvarez supera a Casto con un gol olímpico. El portero extremeño carece de fortuna y acierto en la acción que puso el punto y final a la 30ª jornada de Liga. Una nube de jugadores en el área pequeña le dejan sin capacidad de maniobra ante el misil. Cuarto del ejército soriano, en el día grande del internacional vinotinto Julio Álvarez.
A pesar de la hecatombe -siete goles en los últimos 115 de competición (el reloj se enciende en el 0-1 de Jorge Molina-, hay motivos para la resurrección. Durante diez jornadas, los de Herrera han dejado su portería a cero. La UD ha encajado 33 tantos en 30 jornadas (1,1 por encuentro) y eso equivale a convertirse en la octava mejor defensa del planeta de plata. Antes del naufragio ante el cuadro bético de Pepe Mel, los amarillos habían recibido 6 goles en 8 jornadas [en el tramo desde la 21ª a la 28ª fecha]. La vuelta de Aythami ante la Ponferradina puede ser la clave. Toca escapar del frío y el terror de las catacumbas con una victoria contundente ante la Ponferradina en el partenón amarillo. A falta de 12 jornadas para el final de Liga, la defensa amarilla respira bajo lupa. La gripe se extiende al ataque. Solo Momo, que vio portería ante el Numancia, marca en la nómina de pistoleros ante la crisis de Araujo y Nauzet.
