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Fútbol La resaca del Clásico

El centro del campo, el talón de Aquiles del Real Madrid

El conjunto blanco bajó los brazos ante el Barça al quedarse sin fuelle Modric y Kroos

El futbolista croata Luka Modric presiona al brasileño del Barça Neymar. EFE

El partido del Camp Nou fue la constatación una vez más de que el Madrid tiene un problema serio en el centro del campo. La 'bisagra' es el talón de Aquiles de los blancos y por tanto se reafirma como su principal preocupación, justo en uno de los momentos más decisivos de la temporada. Mal asunto tener pues un hándicap de estas características en este tramo de la campaña cuando es difícil subsanar los errores. En este tramo, no hay margen para más pecados.

El Madrid fue el claro dominador el domingo mientras Modric y Kroos tuvieron fuelle. El Barcelona fue incapaz de parar el aluvión de juego blanco, bien conducido por el croata y el alemán. Pero Modric no está para aguantar todo un partido, después del parón tan grande al que se vio obligado por una lesión, y Kroos es un milagro que haya llegado a estas alturas de competición con este nivel de participación. Le falta un litro de gasolina.

Con el croata como caso aparte, debido a la cuestión física, el alemán ha sido el principal soporte del centro del campo, sin apenas respiro dado que los que podrían echar una mano como Khedira e Illarramendi no han dado la talla por uno u otro motivo. Ancelotti ha tirado de Kroos sobre todo por necesidad, pero es evidente que el alemán se ha visto forzado a hacer un papel que no está en su ADN.

El Madrid paga la ausencia de jugadores del tipo de Xabi Alonso y Di María, es decir jugadores que sepan mandar y templar, como el caso del vasco, y ser capaces de apoyar al ataque después de haberse entregado en defensa, véase el argentino, y acusa también la rigidez del estratega italiano Ancelotti, que no ha conseguido reciclar a Bale como centrocampista.

El galés debe ser un hombre clave y a medida que avanza la temporada se le ve cada vez más perdido. Sometido a la tensión de que debe atacar y defender, es decir el Di María -ahora en el Manchester United- de esta temporada, acaba hasta perdiendo la frescura ofensiva que le caracterizaba. Y es una pequeña catástrofe en el césped. Bale, que está llamado a convertirse en uno de los pesos pesados en el vestuario del actual campeón de Europa, está de lo más perdido y el Madrid, otro tanto de lo mismo en el centro del campo merengue. La sala de operaciones blanca está bajo sospecha. Mal asunto.

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