El pasado como arma para hacerse más fuerte. La UD Las Palmas tiene motivos para creer en un despertar. En la última temporada de su ascenso, espejo de obligado recuerdo cada vez que el equipo busca repetir el objetivo, también vivió un momento crítico en estas fechas. Entre febrero y marzo pasó cinco jornadas sin ganar, como en la actualidad, y acabó celebrando el ascenso a tres partidos para el cierre del curso.
Ahora ocurre exactamente lo mismo. El conjunto de Paco Herrera vive un momento delicado, de muchas dudas después de estar en lo más alto de la tabla y se reduce el margen de error. Ya han demostrado que con los argumentos que hay en plantilla pueden liderar la clasificación y convertirse en un equipo imparable, y toca reinventarse para repetir la hazaña. Como en el 2000. Además, el calendario que afronta el equipo hasta final de temporada no es el más duro, pues los rivales más potentes que le quedan -Valladolid y Girona- los recibe en casa y no se ha enfrentado en toda la segunda vuelta a cinco de los seis últimos clasificados.
La catarsis en el año de Sergio Kresic fue bestial. El equipo había realizado un inicio de curso espléndido. En la primera vuelta lo bordó y frecuentó el liderato -si bien el rival que estuvo más en cabeza fue el Salamanca, que posteriormente se hundió-. No faltaba a su cita cada jornada con los tres primeros, que eran por entonces los que ascendían, no había promoción de ascenso.
Así fue hasta que llegó el mes de marzo. A la nave de Sergio Kresic le salieron grietas por todos lados y recibió goleadas casi humillantes como un 3-0 en Mérida, equipo situado en la zona media-alta de la clasificación, o una dura derrota en casa por 0-2 ante Osasuna, que a la postre también ascendió a Primera División.
La mala racha no quedó ahí ya que después de ganar a domicilio al Compostela (0-2), se encadenaron posteriormente otras tres jornadas sin ganar. El empate en Logroño del mes de abril frente a un equipo que acabó descendiendo fue la gota que colmó el vaso para la afición. Tanto fue así que la expedición de la UD que se desplazó a La Rioja se encontró con pintadas en el Estadio Insular con insultos.
Pero el equipo, pese a todo, no estaba hundido. Era quinto en una clasificación muy igualada ya que estaba a solo dos puntos del ascenso directo, uno menos que en la actualidad. Fue una semana repleta de críticas y Sergio Kresic pidió apoyo a sus jugadores leyendo en sala de prensa un comunicado que sirvió de impulso. En ese mismo fin de semana la UD Las Palmas recibía al Lleida, entonces líder de la competición, ganó por 1-0 y comenzó una racha impresionante. Fue el punto de inflexión de la temporada ya que desde entonces logró cinco victorias seguidas que le dispararon en la clasificación.
No fue fácil la temporada, pues también hubo un momento crítico. Pero la UD se levantó y le dio tiempo de ascender a tres jornadas para el final del campeonato.
