¿Qué tal llegan al partido de esta semana en Gran Canaria?
Es un partido complicado para nosotros que venimos de una mala racha y nos vemos en un campo complicado, contra un equipo realmente bien armado, con buenos jugadores en todas las posiciones. Además, acaban de conseguir la clasificación a semifinales de la Eurocup y supongo que estarán con una buena dinámica y con ganas de jugar ese y este partido.
Con una victoria en los últimos siete partidos, ¿tanto les urge un triunfo tal y como ha sido la temporada para ustedes o no juegan con esa presión?
No, realmente no. Al final estamos en un sitio y en una posición donde por presupuesto y plantilla no es el esperado. Así que lo que venga a partir de ahora sigue siendo un premio. Claro que queremos ganar e intentar cerrar esta racha cuanto antes, no por conseguir ninguna clasificación ni nada de eso, sino porque a todos nos gusta ganar y trabajamos para ello. Los últimos partidos no nos ha ido demasiado bien, pero ya sea este domingo o el que viene, intentaremos volver a la buena senda.
Vuelven a Gran Canaria tras arrebatar lo que se arrebatarsu
Fue para nosotros un partido muy bonito por el resultado, pero también para el espectador. Todo el mundo en Gran Canaria, obviamente llena de aficionados isleños, quería esa victoria, pero el partido fue emocionante para el aficionado neutro. Primero nos fuimos nosotros, luego ellos y al final nos lo jugamos al cara o cruz. Dices que nos apropiamos de la fiesta, pero claro, aquí cada uno hace lo posible para ganar -se ríe-.
Fiesta por el ambiente que se daba aquí. El entorno del club posicionaba favorito al Herbalife. ¿Cree que esa situación les hizo un favor a ustedes?
No estoy en la cabeza de los jugadores, pero es muy posible que el ambiente pasara factura. Eso lo he vivido en Málaga la temporada pasada donde en la Copa del Rey, un equipo de Euroliga, con mucha ilusión que estaba volviendo poco a poco con victorias. Era mucho tiempo esperando ese momento y a la primera nos fuimos para casa. Te vas contaminando de ese ambiente. Lees los medios, la gente te para por la calle y te dice algo... Te dejas llevar y al final pasan estas cosas, que el anfitrión es el primero en perder cuando probablemente era el que más tiempo llevaba esperando la Copa del Rey.
¿Qué les salió tan bien en aquel partido?
Es complicado saberlo, porque dentro en un partido pasan muchas cosas. Por ejemplo, un momento puntual donde el acierto se pone de cara. No sé, la clave es nunca perder la fe y pelear hasta el final. Es algo que nos aplicamos siempre, da igual como estén yendo las cosas, vayan bien o vayan mal. Siempre hay que intentar llegar al final con opciones y que ahí cada uno juegue sus bazas.
Su aportación aquel día fue clave: 21 puntos, con cuatro triples y un mate espectacular.
Cierto. Fue un partido bonito no sólo por la victoria, sino también por mi aportación personal. Las cosas me salieron, pero siempre he dicho lo mismo: en este equipo ninguno somos superestrellas de 20 puntos por partido, eso es lo bonito. Un día le toca a uno y otro día le toca a otro destacar más. Ese día destaqué en la estadística y ya está. Me fui igual de contento que otras veces donde parece que no estás, pero cumples con tu labor para ayudar a tu equipo a ganar.
¿Valdrá de algo aquel partido para el de esta jornada de Liga Endesa?¿Se parecerá en algo?
No lo sé pero ojalá que se parezca en el resultado final -vuelve a reírse-. Cada partido es un mundo en realidad. Aquello fue en un partido de Copa del Rey, con todo el ambiente que se genera alrededor. Ellos igual tienen ganas de revancha y nosotros tenemos que ganar. No sabría contestar.
Son quintos clasificados, con el Playoff
Mentiría si dijera que esperaba una primera vuelta así en mi regreso. Que nos metiéramos en la Copa del Rey y llegáramos a las semifinales ganando el primer partido ante el anfitrión ha sido increíble.Eso sí, claro que cuando empiezas una temporada siempre hay emociones, pero de ahí a esperar ese buen inicio la verdad es que no me lo esperaba.
Si se analiza la plantilla del Joventut destaca la combinación entre jóvenes jugadores, como Álex Barrera o Alberto Abalde, con otros más experimentados como usted, Sitapha Savané o Albert Miralles. ¿Qué importancia tiene esto en el buen hacer del equipo hasta ahora?
Esa combinación es la clave de nuestro éxito. Saber encontrar el equilibrio de lo que puede aportarte un jugador joven y todo lo que un jugador con más años lleva a la espalda, ha sido esencial. Nos contagiamos unos de los otros. Por ejemplo, los más experimentados como yo, de la alegría inconsciente y el desparpajo de los que llevan menos años y menos partidos. Después nosotros les enseñamos esas cositas que sólo aprendes con el recorrido, así que cuanto antes lo aprendan mejor.
Dentro de ese apartado, ¿cuál es el rol que ocupa Sitapha Savané en el vestuario?
Savané aporta toda esa experiencia, todo ese temple. Es un jugador muy querido en todos lados y es precisamente por eso. El hecho de que sea un jugador que no ha nacido aquí, aunque lleve muchísimos años en España, es clave. Le da un valor añadido y hace de vínculo entre los jugadores extranjeros y los nacionales.
¿Entiende después de llevar casi un curso como compañeros que sea un ídolo en la Isla?
Sí claro. Él transmite la garra y el compromiso, tanto dentro como fuera de la pista. Tiene todo. Cuando pasas tantos años en un club, estoy convencido de que al final puedes ser más bueno o puedes ser más malo, pero el aficionado, la gente en general, lo que le pide a un jugador es que se implique y se deje la piel. A partir de ahí, las cosas pueden salir mejor o peor, pero lo otro es lo que se queda. En su caso es así y con los años que ha vivido ahí pues el recibimiento y el cariño que tiene es el que se merece.
¿Y el también ex del Granca, el entrenador Salva Maldonado?¿Qué culpa tiene de la gran temporada del Joventut?
Salva es el entrenador, es la pieza clave que nos hace movernos. Es el jefe, el que coloca las piezas. Tenemos que intentar ir hacia lo que él nos pide y entender su filosofía. De momento, los resultados están ahí. Está contento.
En el otro lado, los más jóvenes. ¿Se ve reflejado en alguno de ellos en particular?
Seguramente por edad hay jugadores que ya llevan unas temporadas en el primer equipo siendo muy jóvenes. Si me veo en alguien es en Albert Abalde. Le veo cosas que me recuerdan a mí. Le encanta el baloncesto y quiere vivir de ello, quiere ser jugador y trabaja duro. Lo va a conseguir.
Si por algo se ha caracterizado el Herbalife Gran Canaria esta temporada es por su irregularidad. Desde fuera y bajo su punto de vista, ¿por dónde se podría explicar esta bipolaridad?
Es una pregunta complicada porque como dices, es opinar desde fuera. Dentro de un mismo partido puedes tener dos caras opuestas. Te gustaría siempre tener la cara buena, que todo vaya rodado, que te entre todo, pero a veces no sabes el por qué de ese motivo y tienes ciertos bajones. Están ahí en Europa, donde les va muy bien. Los viajes son largos, son duros y más a las alturas en las que están. Creo que además, en la Eurocup, pueden tener un punto más de motivación, porque saben que están consiguiendo algo importante.
Hace referencia a los viajes, uno de los inconvenientes en los que más se incide desde dentro del vestuario del Herbalife Gran Canaria. Usted tiene sobrada experiencia en Euroliga. ¿Tanto pueden influir los desplazamientos por Europa?
Por supuesto. Se hacen duros. Si no eres el Barcelona o el Real Madrid, donde tienen mejores conexiones aéreas con otras ciudades o bien acceden a vuelos chárters, se hacen largos y pesados. Me imagino entonces estando en las Islas, más alejados de todo. Los viajes europeos ni te cuento. Con escalas, madrugones, no descansas igual, comes menos o tienes una plantilla larga que puedes rotar o al final pasan factura.
