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Baloncesto Liga Endesa (26a jornada)

Dos rayos y un trueno

El Herbalife Gran Canaria se agarra a sus bases y a Edy Tavares para superar al FIATC Joventut (79-77)

Brad Newley anota ante Sergi Vidal y Albert Miralles. quique curbelo

Una victoria con fórceps. Eso fue lo que alumbró ayer el Herbalife Gran Canaria para superar (79-77) al FIATC Joventut, un rival de juego risueño y talante terco. Siempre con ventaja en el marcador -salvo el 0-2 inicial dibujado por Sergi Vidal tras un contragolpe culminado con una bandeja de manual-, el equipo de Aíto García Reneses sólo pudo bajar la guardia y levantar los brazos para celebrar el triunfo cuando restaban 3,6 segundos para finalizar el encuentro. Fue justo cuando Clevin Hannah erró un tiro libre (79-76), fallo que, de repente, como el sol que alumbra la mañana, despejó el camino del conjunto claretiano hacia el Playoff por el título de la Liga Endesa: ya está a un partido de distancia del CAI Zaragoza, que antes de que acabe el curso debe pasar por el Gran Canaria Arena.

Para llegar a ese punto culminante, el Granca se sostuvo en sus bases -Albert Oliver y Tomás Bellas- y Edy Tavares. Entre los tres trazaron sobre el parqué la forma eléctrica de dos rayos y el estampido de un trueno. En el ambiente, aún fresco, pesaba el recuerdo del traspié claretiano en la Copa del Rey ante el mismo rival. Aquello, certificado en los cuartos de final del torneo, pasó justo el otro día, a finales de febrero. Y sucedió, entre otras cosas, porque Demond Mallet y Hannah -los bases de la Penya- hicieron lo que les dio la gana. Tanto que llevaron a aquel duelo hasta un lugar donde el FIATC Joventut se sintió imbatible.

Con todo eso tan presente, y con el impulso de la victoria en la Eurocup ante el Pinar Karsiyaka metido en el cuerpo, al Herbalife Gran Canaria le dio por salir a jugar a todo tren. Tal vez fue por una cuestión de revancha o -quizá- un simple momento de dulce resaca, pero cuando el FIATC Joventut se presentó -en cuerpo y alma- al partido, el cronómetro ya había consumido cinco minutos y el equipo amarillo -con Bellas al mando y Tavares ejerciendo como un martillo pilón sobre la pintura- ya ganaba por 12 puntos de ventaja (17-5).

Ante ese panorama, a Salva Maldonado no le quedó otra que pedir tiempo muerto, mandar parar y recomponer las líneas de su equipo, disperso por sobre la pista a imagen y semejanza de su trayectoria a lo largo de la segunda vuelta de la competición: sólo ha celebrado dos victorias en las últimas nueve jornadas. Pese al meneo evidente, la Penya eligió tirar de orgullo en lugar de rendirse. Y así, entre Vidal y Sitapha Savané dieron forma a un parcial 0-8 que funcionó como un salvavidas para sacar a flote al conjunto de Badalona.

El duelo, con las fuerzas igualadas, se adentró en una espiral repleta de buenos momentos. El Granca cerró el primer cuarto -el único parcial que ganó (25-18)- con un nivel extraordinario de puntería en ataque: un 60% de acierto en tiros de dos y otro 60% en triples. Ayudó, para que todo eso se diera, el juego alegre del FIATC Joventut. Sin complejos, sin demasiadas ataduras tácticas y con mucho talento desatado, el equipo de Maldonado se reenganchó al partido a su manera: buena circulación de balón -20 asistencias al final del duelo- y varias rachas de carácter individual.

No se derrumbó la Penya nunca. Amagó hasta dos veces más el Granca con romper el encuentro y nunca entregó la cuchara. No lo hizo después de los cinco primeros minutos del pulso y tampoco se rindió al inicio del segundo cuarto, cuando Bellas y Eulis Báez dispararon la ventaja local hasta los 12 puntos de nuevo (30-18, min. 18). Con Tavares en el banquillo, el equipo verdinegro -con Hannah al timón- lanzó balones a la zona, justo por donde merodeaban Miralles y Suton, que encontraron un agujero por el que colarse y castigar a la defensa local (38-34, min. 16), siempre incómodo ante los recursos del adversario.

Un parcial 8-0, en los cinco primeros minutos del segundo tiempo, volvió a poner en órbita al Herbalife Gran Canaria (55-45). Tavares, con Savané en el banquillo al recaer de sus molestias en el gemelo derecho -no disputó ni un solo minuto en los dos últimos cuartos-, parecía una fuerza incontrolable para toda la rotación interior del FIATC Joventut que, ante esa evidente inferioridad, alejó el partido de los aros.

El acierto de Ventura

Ventura empezó a enchufar triples, a Llovet se le calentó la muñeca y Miralles se puso en plan peleón y, con un poco de cada uno, la Penya hizo la goma -como los ciclistas más estoicos- y se metió -una vez más- en un partido que empezaba a quemar al Granca, incapaz de rematar la faena.

Ante la amenaza de cortocircuito general en las filas claretianas, Oliver levantó la mano, pidió mando en plaza y puso un poco de orden. El base anotó casi nueve puntos consecutivos en el periodo de transición entre los dos últimos cuartos y levantó una ventaja que llevó al Herbalife Gran Canaria hasta una zona de confort (71-62, min. 32), territorio que ya no abandonó. Ni siquiera cuando el FIATC Joventut lanzó un último intento en busca del triunfo (78-76, min. 39).

Fue entonces cuando apareció la figura, enorme, de Tavares para capturar dos rebotes ofensivos -entre rechaces y pérdidas, el Joventut contó con diez posesiones menos- y rescatar al Granca.

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