Se agota el tiempo, el partido entra en efervescencia y se buscan héroes. La mirada se dirige siempre hacia los más veteranos, a los curtidos en mil batallas o a los más precisos. En el Herbalife Gran Canaria lo suelen hacer Albert Oliver, Tomás Bellas, Kyle Kuric, Brad Newley o Eulis Báez, y el miércoles en Turquía también Levon Kendall. Las pelotas calientes son para los elegidos, para los hombres a los que no les tiembla el pulso, los que no tienen miedo a fallar. Y en esa categoría en la entidad claretiana está entrando, si no lo ha hecho ya, Walter Tavares.
Su proceso de maduración sigue dando pasos adelante. Ya contra el Barcelona hace un mes atinó en dos tiros libres en los últimos segundos y en la jornada de ayer volvió a ser clave cuando el tiempo acababa. El caboverdiano remató en el último minuto y medio, donde los líderes aparecen, una actuación soberbia y supera así su mejor puntuación histórica en competición española (16 puntos en la Copa del Rey de la temporada pasada). Hizo un mate, metió un tiro libre y capturó dos rebotes ofensivos que permitieron al Herbalife conservar la ventaja que había tenido durante todo el partido.
La evolución del gigante de oro del Gran Canaria no se detiene. Va sumando a su repertorio nuevos movimientos en ataque y ha reducido el número de faltas cometidas. En los últimos cinco partidos promedia 1,6 faltas por encuentro, un registro que en las 21 jornadas anteriores llegaba a 3,1. En el día de ayer fue su compañero de posición, Levon Kendall -héroe en Esmirna-, quien acarreó problemas de faltas. Y el Joventut lo explotó.
El desquite de la Copa del Rey
Así, la diferencia entre cuando Tavares estaba en pista y en el banquillo era tremenda. Y más aún tras la lesión de Sitapha Savané al inicio del tercer cuarto. El senegalés arrastraba problemas en el sóleo y después de recibir un golpe los médicos optaron por reservarle. Y ni Miralles ni Nacho Llovet ni Goran Suton pudieron frenar la ira del caboverdiano.
Ya se había ido al descanso con diez puntos y cuatro rebotes pese a la defensa del senegalés. Savané le había dado una lección de veteranía en el duelo de Copa y Tavares se desquitó ayer. Una bandeja por allí, una canasta a la media vuelta por allá, un mate, algún rebote ofensivo... fue el amo de la pintura.
Además de que Tavares estaba inspirado, Kendall quedó lastrado muy pronto por sus problemas de faltas. Con el caboverdiano en pista la ventaja para el Gran Canaria era de +18. En el tercer período se fue al banquillo con 55-45 en el minuto 25 y volvió en el 30 con 64-59 tras un festival de Nacho Llovet.
Con semejantes cifras logró Tavares superar su mejor anotación en competición nacional. Ni en Liga Endesa, ni Copa del Rey ni en Playoff había conseguido antes 17 puntos. Su mayor registro era de 16 ante el Real Madrid en los cuartos de final de la Copa del pasado curso. Y su récord en esta Liga Endesa eran los 15 puntos de Valencia, cifras aún lejanas a su mejor registro como profesional, el del día que le hizo 26 puntos al Dinamo Sassari en el Last 32 de esta Eurocup.
