Más metros, más veneno. Bandas, velocidad y presión. El código de barras de la máquina de torturas para los rivales de la UD. El nuevo escenario táctico de la bestia amarilla pasa por adquirir más profundidad. La aparición del extremo diestro Guzmán Casaseca, el pasado sábado ante la Ponferradina en el Gran Canaria, como revulsivo en el minuto 65, es otro de los rostros benditos en la revolución de pizarra del estratega Paco Herrera.
El técnico de la UD, que había renunciado a las bandas en los últimos meses de competición, reactiva de esta manera la presencia de actores incisivos en los costados. Una declaración de intenciones para dejar atrás la pesadilla. Los tiempos en los que el bagaje ofensivo se limitaba al toque barroco han terminado [cayendo en las redes enemigas y sin ocasiones].
Llega el desborde y el remate atómico de los estiletes. Y en los costados, dos trenes de alta velocidad, la fórmula que cautivó en el inicio del campeonato. Herrera da un giro de 180 grados y vuelve a diseñar un sello a 300 km/h donde la capacidad de sorpresa es la bandera. La fórmula primitiva, la más directa, de buscar la figura de Araujo -15 dianas, pichichi amarillo- con envíos largos para que el argentino inicie el combate con los zagueros ya forma parte del pasado. La revolución se gestó en Los Pajaritos con final catastrófico -derrota por (4-2)-. Ortuño y Araujo formaron de inicio en la penúltima jornada ante el Numancia por segunda ocasión en este campeonato [la anterior fue en Palamós ante el Llagostera y sin victoria (0-0)]. A la tercera, llegó el ¡eureka!
De la poesía a la contundencia. Con Araujo y Ortuño, dos nueves puros en el corazón del área enemiga, la presencia de suministradores se antoja crucial por banda.
Lista de beneficiados
Nauzet Alemán, que encadenaba cinco jornadas sin ver portería, alcanzó su mejor versión ante la Ponferradina. Logró un gol de 'ratonero' finalizando con un tiro cruzado en el segundo de la noche en una acción de tiralíneas.
La asistencia fue del Chino Araujo, que terminó con dos dianas y este pase de oro. La sociedad entre el argentino y de Las Mesas vuelve a lo grande como ante el Zaragoza -el pasado 11 de enero y que terminó (5-3)-. A la posición de Ortuño como referencia y Araujo -algo escorado a la izquierda- como artillero atómico, se suma el registro de velocista de Guzmán. Brindó una asistencia al delantero murciano y recordó al atleta de la primera vuelta, que se doctoró en Montilivi con dos goles ante el Girona -una actuación portentosa-.
El extremeño no juega de inicio desde el 17 de enero en Mendizorroza ante el Alavés. En las últimas nueve jornadas solo computa 76'. Fue descartado ante Lugo, Racing, Alcorcón y Tenerife. Ahora sale del túnel, y ante la sanción de Nauzet para el duelo del Carlos Belmonte ante el Albacete, Guzmán afronta su gran oportunidad. Se ajusta a los parámetros del nuevo orden, con Culio como jefe de operaciones.
En el mismo plano están Momo y Vicente Gómez, talento y velocidad. Hay material para liderar el cambio de orden. Qué tiemble el Betis de Mel. La UD ha mutado para dejar atrás el caos. Del toque estéril se pasa a una propuesta salvaje. Es el nuevo reino de velocistas.
