La grancanaria Carla Suárez reconoció este sábado 4 de abril que se le hizo "un mundo" al ver el vendaval de juego que estaba desplegado la estadounidense Serena Williams en la final del Abierto de Miami.

"He intentado luchar hasta el final, hacer lo que dependía de mí para hacerle daño, pero se me ha hecho un mundo, se me ha hecho muy difícil", indicó la canaria en conferencia de prensa tras perder 6-2 y 6-0.

Sin embargo, dijo que no se vino abajo mentalmente y luchó hasta el final, aunque reconoció que está "triste" porque le hubiera gustado hacer un "partido más completo, más disputado, pero cuando Serena juega bien es muy difícil".

"Con su fuerza y potencia Serena hace que mis golpes sean malos", aseguró la española, que dio todo el "mérito" de la victoria a la número uno del mundo.

A pesar de ello, dijo que la estadounidense no es "imbatible", aunque para ganarla hay que "intentar desbordarla" y ella está todavía "lejos de ganarla".

"Tengo que seguir creyendo y trabajando porque algún día podré ganarla", opinó Suárez, que destacó que "muchas jugadoras no se acercan a la experiencia que tiene ella".

"El resultado es abultado, pero son momentos que se disfrutan, trabajas todo el año para partidos como éste", indicó la canaria, que agregó que "hay que ser consciente de que tienes enfrente a la número uno y una de las mejores de la historia"

Apuntó que la estadounidense tiene un "estilo de juego que no es el más adecuando" para ella y, además, no sirvió bien, mientras que, en su opinión, la mejor arma de Williams es su servicio.

Explicó que no estuvo nerviosa durante el choque, pues no tenía "nada que perder", y que antes del inicio del partido creía en sus posibilidades recordando en cómo jugó los otros partidos del torneo.

Suárez, que a partir de la próxima semana será la décima tenista de la WTA, destacó que la parte positiva es que estas dos semanas en Miami le dan confianza y es "importante hacerse respetar por las otras jugadoras".