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De Amberes a Londres

Nadadores y boxeadores canarios, los primeros en iniciar la aventura olímpica

Los Juegos Olímpicos son la máxima expresión deportiva. Las cualidades humanas rivalizan para rubricar los nombres de los héroes que las exhiben en la historia del deporte. En Canarias los comienzos fueron tímidos. La condición isleña era una barrera que se fue superando con el progreso, tanto en la nación como en tecnología. Con la vela al timón de los éxitos, llegarían las primeras medallas. Un camino que abrió puertas para que se pueda disfrutar el deporte en las Islas como se visualiza hoy.

El primer deportista olímpico canario fue Francisco Jiménez-Alfaro, un nombre que estuvo olvidado hasta descubrir su participación en los Juegos de Amberes en 1928 por parte del historiador Fernando Arrechea. Lo haría en hípica. Curro, como se le conocía, era capitán de caballería y poseía el marquesado de Alhedín de la Vega Grande de Granada. Participó con su caballo Quart d’ heure.

Los Juegos Olímpicos sufrieron un parón de doce años por los conflictos bélicos. Hasta 1948 no volvió a celebrarse una cita olímpica, un año en el que todavía se notaba los estragos de la II Guerra Mundial y las penurias de la autarquía seguían presentes en España, más aún en las Islas. Tres canarios tuvieron la suerte de ir a Londres: los nadadores Jesús Domínguez, Manolo Guerra y Francisco Calamita.

Cita ineludible

El deporte canario esperó doce años para volver a ver los cinco anillos olímpicos. Roma acogió a nueve isleños, entre nadadores y boxeadores. Los cambios sociales permitieron la primera presencia de una canaria, la nadadora del CN Metropole Rita Pulido.

Cuatro años después, Tokio albergaba la cita olímpica. Se repetiría con nadadores y boxeadores. En el ring de la capital japonesa, el púgil Domingo Barrera venció el primer combate para Canarias.

México 68 dio paso al primer futbolista, José Antonio Barrios, ‘El Tigre’. La Gomera y La Palma tuvo a sus primeros representantes.

En 1972, los Juegos del terror, bajó el número de participantes a tres. Arturo Lang Lenton tuvo el honor de disputar una serie con el heptacampeón de oro en la piscina, Mark Spitz. También debutó un referente del baloncesto grancanario, Carmelo Cabrera.

Montreal acogió la siguiente ceremonia en 1976. La vela presentó a los primeros tripulantes autóctonos: José Luis Doreste, Joaquín Blanco y Francisco Acevedo. Estos Juegos Olímpicos iniciaron también otros deportes con presencia canaria: piragüismo, salto de trampolín y gimnasia.

Moscú celebraría los Juegos de 1980 marcados por el boicot que promovió los Estados Unidos. El regatista Gustavo Doreste conseguiría el primer diploma para el deporte insular. José Antonio Serrano abría el camino en pentatlón.

Canarios con sabor a oro

Los Ángeles en 1984 sería el punto de inflexión para las medallas. El dúo Luis Doreste y Roberto Molina consiguió el oro olímpico en la clase 470. Primera participación y primer oro, todo un éxito.

El dominio de la familia Doreste se instauraría en el deporte olímpico español. En Seúl 1988 llegó la segunda presea de oro. José Luis Doreste, en su cuarta participación, vencía en la clase Finn. Otro deporte se iniciaba con participación canaria, el taekwondo, de la mano de Yolanda Santana.

Barcelona 1992 supuso un antes y un después a nivel organizativo. En cuanto a resultados ha sido la mejor actuación de los olímpicos españoles con veintidós medallas, trece de ellas de oro. Contribuyeron a esa nómina áurica tres canarios. Luis Doreste junto a Domingo Manrique vencían en la clase Flying Dutchman. Doreste se convertía en el primer deportista español en repetir medalla. La tercera fue para Patricia Guerra, junto a Theresa Zabell, en 470. Ésta sería la primera insignia de oro para una mujer canaria y la única hasta hoy.

Inaugurarían la presencia canaria en baloncesto, Patricia Hernández; en balonmano, Rita Hernández; en voleibol Héctor López; y Juan Carlos Javier en halterofilia.

Luis Doreste fue el abanderado en Atlanta 96. La congregación canaria fue menor en estos juegos, pero siempre con la vela al frente. Fernando León fue el principal protagonista. Medalla de oro en clase Tornado en compañía de Pepote Ballester para rematar sus tres intentos anteriores.

Sídney fue la primera ciudad de Oceanía en acoger unos Juegos. Hasta quince deportistas canarios se trasladaron a Australia, sin conseguir algún premio. Paola Tirados comenzaría la andadura en natación sincronizada, Magüi Serna la presencia en tenis y Sergio Piñero en tiro olímpico.

En 2004 la cita olímpica volvió a la ciudad de origen, Atenas. La expedición isleña contó con doce deportistas de los cuales sólo destacaron las nadadoras Paola Tirados e Ione Serrano, ambas con diplomas, y la jugadora de balonmano Marta Mangué con igual mérito. María Quintanal logró bronce en tiro y aunque está afincada aquí, nació en Bilbao.

Las cinco preseas de Londres

Los Juegos Olímpicos de Pekín devolvieron el sueño ceremonial que ofreció Barcelona 16 años antes. De los trece canarios que acudieron a la capital china, sobresalieron Paola Tirados y Thaïs Henríquez al colgarse la medalla de plata de natación sincronizada.

El último evento tuvo lugar en Londres en 2012. La escenografía estuvo a la altura, si no más, de la china en 2008. En la capital inglesa se consiguieron cinco medallas. Nicolás García se alzó con la plata en taekwondo. Marta Mangué y Elisabeth Chávez el bronce con el combinado de balonmano. Sergio Rodríguez, con la plata en baloncesto, sería el primer tinerfeño en colgarse una presea. Thaïs Henríquez, en sus segundas olimpiadas, se colgaría el bronce.

De esta forma se convierte en la segunda deportista en poseer dos medallas, tras las dos de oro de Luis Doreste. La ciudad británica fue testigo de la mejor actuación isleña. Cinco preseas. Pero llega Río, otra fábrica de sueños.

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