Pese a las prórrogas a las que se enfrentaron, el destino en el pasado Eurobasket de Eslovenia estaba escrito con los colores de España.
Sí, la verdad es que a pesar del inicio del campeonato, que fue un poco duro, creo que con nuestra lucha constante y como muchas llevábamos mucho tiempo jugando juntas, al final conseguimos volver a unirnos y conseguir el oro.
Esa unión fue determinante porque la plantilla completa había entrenado sólo un día.
Claro, porque veníamos cinco de la selección sub 19, otras venían del 3x3, entonces el grupo entero en sí no había tenido tiempo para prepararse. Por tanto, el hecho de intentar volver a comunicarnos, a esa unión como antes, nos ha ayudado a ganar.
Tenían un cometido difícil, sobre todo, el debut en el Europeo contra Rusia.
Sí, en la primera parte íbamos perdiendo casi de 20, era como '¿Dios que está pasando aquí?' Por una parte es normal, al no haber entrenado, pero nos tuvimos que poner las pilas, porque si no, eso no iba a acabar bien.
Italia y Francia también plantaron dura batalla.
Sí, con Francia perdimos un partido en la segunda fase. También teníamos la baja de María Conde, y luego yo me lesioné en la rodilla. No jugué el final del partido, pero ya luego sí que jugué los siguientes.
¿Esperaba ganar el Europeo sub 18? ¿Era optimista?
Al principio, dije '¡uy, pues va a ser difícil llegar a la final!' Pero luego cuando iban pasando los días, había más unión, y sí creía que podíamos llegar a la final perfectamente. Es importante mantener la calma, la mente fría y ser positivo en todo momento.
¿La victoria sabe mejor cuando se sufre?
Bueno, a veces sí [entre risas] porque la vives diferente, la valoras más, pero si se tiene que ganar sin ser ajustado, se agradece también.
¿Cómo lo celebraron dentro y fuera de la pista del Zlatorog Sport Centre de Celje?
Cantando, bailando... Algunas no teníamos ni ganas de ducharnos de la emoción. En el hotel, un poco de cena y seguía la fiesta. De hecho alguna sin dormir. Nuestro entrenador [Víctor Lapeña] nos puso la canción [Aquarela do] Brasil [tararea la-la-la, entre risas].
En una foto de la celebración usted enseña una prenda de ropa interior con los colores de la selección. ¿Es un talismán?
Tengo esas bragas desde los 15 años. En mi primer europeo, da la casualidad que me las puse en cuartos de final y ganamos. Las lavé, me las puse en semis, pasamos a la final y ganamos. A los siguientes campeonatos las llevé y casi siempre ganamos. Entonces con Ángela prometí que si conseguíamos este Europeo, iba ser la foto [entre risas].
¿A quién le dedica el triunfo?
A mis padres, José Manuel e Inmaculada, y a mis tres hermanos mayores, Juan Pedro, Carlos y Samuel, y a los seguidores del baloncesto femenino.
Usted procede de una estirpe de baloncestistas, pues sus hermanos se criaron en la cantera del Baskonia. ¿Y en su caso?
Empecé en Las Teresianas, luego en el CB Islas Canarias unos cuantos años, luego un año al Canterbury y después al Siglo XXI.
¿Cuál es el balance de su paso por este club catalán?
Han sido cuatro años increíbles, no sólo he aprendido cosas sobre el deporte, sino también he madurado como persona fuera de casa, y me llevo muchas amistades.
Son las que se llevará al otro lado del charco, pues la próxima temporada jugará en los Ducks de Oregón en la Liga Universitaria de baloncesto de Estados Unidos (NCAA). ¿Por qué tomó esa decisión?
Ya había universidades que me estaban llamando, entonces no lo descartaba. El hecho de irte a EEUU es un sueño, el probar una experiencia nueva. Les visité y me encantó, la gente supercercana y hospitalaria.
¿Qué campo estudiarás?
Aún no lo sé, porque allí no tienes por qué saberlo el primer año. Son asignaturas comunes y a partir de ahí te vas decantando por un lado o por el otro.
¿Ciencias o letras?
Ciencias.
Entonces supone una gran oportunidad deportiva y académica.
Exacto, allí te becan, tenemos también clases particulares si algo va mal, y para el futuro tener un idioma asegurado te va muy bien.
¿Tus referentes en la pista?
Leticia Romero, Leonor Rodríguez, Marta Xargay, por diversos rasgos: su versatilidad en el juego, su carácter y valentía. Y en chicos, Juan Carlos Navarro, el Chacho Rodríguez y Sergio Llull.
