Mo Farah revalidó en la jornada inaugural de los Mundiales su título de campeón de 10.000 metros batiendo en la última vuelta a la armada keniana, que se había conjurado para despedazarlo, y Justin Gatlin declaró en las barbas del mismísimo Usain Bolt su intención de arrebatarle el cetro de la velocidad.

Sin la menor muestra de fatiga en el rostro, Farah fulminó en la única final sobre la pista a sus cuatro compañeros de fuga con un ataque sostenido a 500 metros del final y pese a sufrir un tropezón al toque de campana, terminó venciendo con 27:01:13 después de hacer el último giro en 55 segundos.

El keniano Geoffrey Kipsang Kamworor se tuvo que conformar con la plata (27:01.76) y su compatriota Paul Tanui con el bronce (27:02.83). Desde que perdió ante el etíope Ibrahim Jeilan en la final de 10.000 de los Mundiales de 2011, Farah ha ganado cinco grandes títulos (olímpicos o mundiales) consecutivos. Con este sexto remata un logro sin precedentes que aún puede mejorar si gana los 5.000. Fondistas legendarios como Haile Gebrselassie, Kenenisa Bekele, Emil Zatopek o Paavo Nurmi no llegaron a tanto.

El estadounidense Gatlin, mientras, metió presión al plusmarquista y campeón mundial, Usain Bolt, con una marca intimidatoria de 9.83, el mejor registro en 100 metros jamás conseguido en la primera ronda de unos campeonatos del mundo.

El atleta más famoso del planeta, Bolt, tomó contacto con la pista que lo lanzó al estrellato siete años atrás en los Juegos Olímpicos, pero la increíble forma de Gatlin le aconsejó prudencia. Fue uno de los ocho que bajaron de los 10 segundos y no desplegó su habitual protocolo de gestos. Se limitó a ganar su serie con 9.96.