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Baloncesto Liga Endesa

"Mi papel no será estar aquí por mi nombre, quiero hacer cosas"

"No he tenido exigencias, sólo sentirme libre cuando se me otorga una responsabilidad", afirma Miguelo Betancor, Presidente del Herbalife Gran Canaria

Miguelo Betancor pasea por los alrededores de su domicilio, ayer. ANDRÉS CRUZ

¿Qué tal sus primeras horas como presidente del Herbalife?

Han sido reconfortantes porque he sentido el cariño de mucha gente del baloncesto y de fuera del mismo, de gente de Gran Canaria, de la Península, del extranjero. Uno se está haciendo mayor y se da cuenta de que ha conocido a muchas personas. Eso te reconforta, pero sobre todo porque se está hablando del Gran Canaria y de su equipo de baloncesto. Cuando hablamos del Granca hablamos del baloncesto canario y de su potencia baloncestística. Así que estoy bien, tranquilo y con la sensación de tener muchísima responsabilidad, eso te lo lleva el cuerpo.

¿Le ha parado el móvil?

¡Qué va! Mis amigos farmacéuticos deben estar contentos porque ya les he encargado un par de cajas de aspirinas [ríe]. He ido cogiendo la habilidad de escribir los mensajes más rápidos con el móvil, pero ahora cada minuto tengo que contestar algún mensaje. Pero, bueno, ahora mismo lo que estoy haciendo es disfrutando.

¿Alguna felicitación especial?

No, pero sí que te llegan de distintos ámbitos. De la universidad, del mundo del baloncesto con sus clubes, los árbitros, gestores de la ACB, exjugadores, mánagers, gente que ha estado antes en el club... No ha habido ninguna especial. Lo que sí ha sido especial es el día que he vivido hoy -por ayer-.

¿Cómo afronta este reto?

Con muchas ganas. Soy una persona a la que no le gusta estar en la zona de confort. No me gusta. A mí me gusta ser activo, motivar, escuchar las ideas de la gente.

¿Lo primero al ser nombrado presidente qué ha sido?

Cuando terminó la reunión fue llamar a todos los presidentes de la historia del club. Sólo me faltó Agustín Medina, porque creo que no tengo bien su teléfono. La idea era decirles que hoy he sido presidente gracias a su gestión y dedicación durante todos estos años en el Granca. Hoy se habla porque yo he sido nombrado presidente, pero la trascendencia de este equipo está en el grupo humano que ellos han liderado de aquí hacia atrás. Me faltó una persona, pero miraré hacia el cielo para acordarme del padre Domínguez, el claretiano que me llevó a jugar siendo muy pequeño y que me hizo comprometerme con el colegio Claret. Es a la única persona que no he podido llamar, pero con la que he hablado emocionalmente porque siempre me transmitió su cariño y por la que he conocido mucha gente a través del baloncesto. Este club nació en una cancha de esto mismo, de baloncesto, y eso no lo podemos olvidar, ni Miguelo Betancor ni el presidente que sea.

¿Qué le ha animado?

El proyecto global. En su momento, el consejero me llama y me dice que quiere una persona con tradición y que ven en mí ese hombre para que lidere un grupo con total independencia, donde puedo tomar decisiones con el apoyo del Cabildo. Cuando esto empezó a rumorearse y salió en la prensa, también sentí el empujón de mucha gente. De personas del club y de otras que han estado, de gente en general... Yo respondía que esta decisión correspondía al equilibrio emocional y racional. Emocional por la parte que ha significado para mí el baloncesto y racional por la responsabilidad que entraña el cargo, porque exige una profunda dedicación. Y más cuando te llegan impulsos de tu gente cercana o desde el propio rector de la Universidad [José Regidor]. La balanza, en ese sentido, se ha equilibrado.

¿Se lo ha pensado mucho?

Sí, porque el propietario de este club es una Isla, es su gente. Si no cuentas con el compromiso de la gente que ahora dirige Gran Canaria en el Cabildo, pues no iba a dar el paso. Mi papel no va a ser estar ahí por mi nombre, quiero cambiar e innovar con el Granca. También equivocarme y que me lo digan, así se lo he trasladado al consejo de administración. No tengo miedo a este tipo de cosas, porque no tengo interés en perpetuarme en esto. Quiero disfrutar del baloncesto ahora. En la cancha, como árbitro, no sufría porque me gustaba lo que hacía. Como deportista tocaba reir y tocaba llorar. La próxima semana me presentaré a los empleados, jugadores, técnicos, porque para mí lo importante es decir las cosas como son, sin influenciarme por nada. Me podré equivocar si me caen malos consejos, pero si tomo una decisión la tomaré yo. Voy a llevar una vida de baloncesto. El baloncesto es un deporte de equipo y en la dirección del club trabajaremos así. Igual que un base tiene que controlar el tempo del partido, aquí hay que controlar el de la gestión, por ejemplo. Gestionamos personas y eso es más difícil que botar el balón.

¿Qué dudas tenía o tiene?

La duda fundamental que tenía era que el Cabildo tuviera claro qué quiere para el club y que me aclarara qué quería de mí persona. Cuento un detalle. Me reuní con Ángel Víctor y le dije que fui porque representaba una Isla, pero también le comenté que no sólo lo hacía por eso sino que también me informé de quién era él. Porque primero me gusta conocer a las personas, porque si no me gustase, por muy consejero que sea, no pasaría por ahí. Me gusta estar en sitios donde pueda trabajar cómodo personalmente.

¿Planteó alguna exigencia para aceptar el cargo?

No he tenido exigencias, sólo sentirme libre cuando se me da una responsabilidad. Si vengo sin ellas, tampoco quiero que me impongan nada. Como club y como persona quiero funcionar siempre en equipo y así actúo. Lo único que he pedido es un mínimo de competencias para poder gestionar cosas. Y así lo han creído conveniente.

¿Está seguro de que, dentro de las particularidades de un club cuyo propietario es el Cabildo, tendrá esa independencia de la que habla?

Estoy convencido de que tendré cierta independencia para actuar. En el momento que no me sienta independiente pondré mi cargo a disposición. No quiero estar aquí engañando a nadie y lo he dicho en el consejo de administración, es lo más honesto para todos. Lo importante no soy yo y mi puesto, sino que la entidad crezca. No tengo miedo a equivocarme.

De momento, como vicepresidente está Óliver Armas, asesor y hombre de confianza de Ángel Víctor Torres. Este cargo, ¿ha sido una decisión impuesta?

Quiero alejarme de todo ese tipo de comentarios. Como estamos hablando honestamente y no hay nada que esconder, voy a revelar esa conversación. Me preguntó qué opinaba de ese cargo y le dije que me parecía correcto que él no lo fuese. No nos podemos olvidar de que este club es propiedad pública, por lo que creo que en el día a día conmigo debe haber alguien que vele por una inversión de dinero y de prestigio que hace el Cabildo. Yo le contesté que veía bien a Óliver por dos razones: porque ha sido deportista. La segunda, que está trabajando en el Instituo Insular de Deportes, y necesitamos un puente directo con ellos. Es tan simple como que el talento o las gestiones del Instituto hay gente válida. Sé que las hay. En el proyecto que vamos a iniciar, debe estar. Esa fue la razón. Aquellos que piensen que el nombramiento de Óliver es una imposición, están muy equivocados. No me voy a sentir fiscalizado por él. Todo lo ha consultado conmigo. Fui el primero en decir que el indicado era Óliver, de verdad. Lo que tiene que hacer, como todos, es ponerse a trabajar. Es la persona puente que necesitamos con el Instituto. Fue una propuesta avalada por mí. Quiero usar los recursos que hay del Cabildo.

¿En qué girará su idea con el Gran Canaria?

No quiero revelar muchas cosas hasta la semana que viene. Mi idea de club estará enfocada en lo más improtante: proteger la parte deportiva y darle más valor todavía cuando esté en la pista. Además, potenciar la acción social del equipo porque esto es un club de toda una Isla. Hay que intentar implicar a más gente y que el Granca sea un medio de comunicación para toda la Isla. Quiero hacer un pequeño plan estratégico desde ahora a diciembre. Ahora voy a preguntar, a ver, a analizar y de aquí a diciembre, tener una idea de por dónde queremos caminar que después se la presentaré al consejo de administración.

¿La visión que tiene ahora del club cuál es?

Pues por su papel en la cancha. Hasta ahora no sé cómo funciona esto porque no me he preocupado ya que no estaba dentro del club y no creo que fuese mi función. Tengo referencias de que en el club hay grandes profesionales que han hecho muy buenas cosas por él. Le daré valor a todas las cosas que se han hecho antes.

Por lo que contó, ha hablado con su antecesor, Joaquín Costa. ¿Qué tal ha ido esa conversación?

Pues bien. Me ha dicho que para lo que necesite estará ahí, desde su experiencia como presidente. Yo estaré encantado. Pero no sólo con Joaquín sino con todos, porque esto ha sido un trabajo colectivo, de mucha gente. Merecen el mayor de mis respetos y no tengo ningún problema con ellos, les tengo un gran cariño.

¿Le han sido cómodos estos días con el ruido mediático que se ha levantado y la dilatación en el tiempo del relevo?

Sí, porque creo que los medios de comunicación me han respetado. A todos les expuse mi opinión y les dije como iba a trabajar. Eso lo he agradecido porque han respetado mi silencio y es algo que he aprendido en estos días, el respeto recibido.

¿Habrá un maremoto con los profesionales que trabajan en el club?

No. El Cabildo maneja información al respecto, con sus datos, pero he dicho que no quiero saber nada, que quiero llegar limpio, de una manera natural. Yo le digo a todo el mundo que no se pongan nerviosos, que yo no estoy aquí para arbitrar un partido.

¿En qué posición se queda con su nombramiento la figura de Alberto Miranda, director gerente del club?

Me he reunido con él y con el director de comunicación. Porque la semana que viene ya han programado un par de presentaciones, como las equipaciones o la campaña de abonados. Y se lo he dicho a ellos, me reúno con ustedes para trabajar y para hablar. Como no soy un hombre de rumorología, ni oigo de lo que me diga uno u otro, son temas que no me interesan. Hasta que yo no lo viva de cerca, no me voy a pronunciar al respecto, eso lo tengo muy claro. Me parece injusto estar ahora hablando de si hay gente del club que se va a quedar o va a salir. Lo más importante para la afición son los jugadores y el cuerpo técnico.

¿Tiene claro a quién incorporará en esta aventura?

No. Nos queda la posibilidad de incorporar a cuatro consejeros más. Esta vez se ha dado entrada a todos los partidos políticos que están en el Cabildo. Ahí sí que me gustaría que entraran personas que puedan ayudar al club y sean potentes en este proyecto. Me gustaría que fuese gente con talento, con ganas o personal del tejido empresarial también. Dentro de esos parámetros elegiremos a la gente que sea más apropiada.

¿Ha saludado ya al entrenador, Aíto García Reneses?

No, aún no. En el próximo entrenamiento ya me pasaré. El martes quiero hablar con todos. La parcela deportiva del club tiene un nivel muy alto. Es el área que menos me preocupa, porque tengo la suerte de entrar en un club donde el nivel deportivo es excelente.

¿Compaginará el cargo con la docencia universitaria?

Sí, eso no lo voy a dejar. Es un tema que tengo que tratar con ellos. Mi profesión me gusta y tengo proyectos que quiero continuar y no quiero perder porque también me enriquece. Quiero compaginar las dos cosas y a medida de que vea cómo va todo, podré estar a uno o a otro nivel. Lo que es cierto es que tal y como me planteo las cosas, me restará mucho tiempo. Por eso mi idea es dedicarle un poco más de espacio al Gran Canaria que a la universidad, aunque es algo que ya se verá. Podrá ser bueno para el club y para la propia universidad.

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