El Zaragoza logró arañar un sufrido empate en Butarque contra un Leganés voluntarioso al que sólo le faltó más acierto en los metros finales para sumar tres puntos. Calcaron los locales el planteamiento de salida que les había surtido efecto contra el Córdoba una semana antes. La garra, la presión arriba y el desborde en las bandas fueron argumentos suficientes para desconcertar a los maños.