La selección de Japón dio ayer en Brighton una de las mayores sorpresas en la historia de la Copa del Mundo al imponerse en un encuentro de leyenda a Sudáfrica, doble campeón mundial, por 34-32, con un ensayo con el tiempo ya cumplido. Japón, a priori uno de los conjuntos más débiles del grupo B, logró un agónico triunfo, el primero en un Mundial desde 1991, frente los todopoderosos Springboks con un try fuera de tiempo del ala Karne Hesketh.

En el estadio de Brighton, al sur de Inglaterra, y con todo el público claramente del lado japonés, los samuráis mostraron una valentía inusual ante un equipo que partía como uno de los favoritos a hacerse con su tercera corona mundialista.

La segunda mitad fue frenética, y Japón, apoyado en un acertado Goromaru a los palos, nunca llegó a perder de vista a Sudáfrica en el marcador.

En la última jugada del partido, fuera de tiempo -minuto 84- y con los Springboks a la defensiva, Karne Hesketh recibió el oval a cinco metros de la línea de gol para anotar un ensayo que dio a Japón su primer triunfo en un Mundial en 24 años y causar una de las mayores sorpresas en la historia de este deporte.