El Estadio de Wembley y sus más de 89.000 espectadores -nuevo récord en asistencia en un partido de rugby- fueron testigos de la primera haka y también de la primera victoria de Nueva Zelanda en este Mundial. Un ritual que acabó con el triunfo sostenido en una gran segunda mitad de los All Blacks que pasaron por encima de Argentina (26-16).

Richie McCaw, capitán de los oceánicos, puso el orden en esta danza maorí que no sirvió para que su selección empezara con buen pie. El esfuerzo de los Pumas se vio recompensado y al descanso, con doble superioridad de efectivos en el campo, Argentina vencía por 12-13. Sin embargo, en la segunda mitad Nueva Zelanda despertó y volteó el marcador en el primer paso para defender su título.