"Tengo un vecino, en Cabo Verde, que es más alto que todos los jugadores que tienen aquí". Tal afirmación, rotunda, realizada sin ningún tipo de duda como envoltorio, la escuchó Raúl Rodríguez -director de cantera del Club Baloncesto Gran Canaria- en 2009 en su despacho. La aseveración la realizó Jürgen, un empresario alemán amigo de Juan Morales -exadministrador de la entidad claretiana- que, incluso, se permitió realizar una comparación cuando vio pasar junto a él, en las instalaciones de la Vega de San José, a Bakary Konate. "Es más alto que él [en referencia al pívot malí de 2,08 metros formado en los filiales del Granca]". "Deberían", añadió, "viajar hasta allí y conocer a Walter Samuel Tavares".

Tres años después de aquella conversación, tras el recelo inicial que generó en el club claretiano la posibilidad de encontrar una joya por pulir en Cabo Verde, Walter Samuel Tavares -bautizado por sus compañeros como Big Edy- sobresale en la pretemporada del Herbalife Gran Canaria como una seductora novedad. De 19 años, 2,20 metros de altura y 2,40 metros de envergadura, el cuerpo técnico del Granca -con Pedro Martínez al frente- esculpe con mimo y sumo cuidado a un coloso que sólo ha jugado al baloncesto durante los dos últimos años y medio.

"Tras aquella charla", cuenta Raúl Rodríguez, "Jürgen regresó meses después con una foto de Walter en la que tocaba la parte superior del marco de una puerta con el codo. Para confirmar que todo era cierto, le dimos material para que se lo entregara al jugador y comprobar así que no era un montaje con otra imagen. Cuando ya vimos que no era mentira, en el club decidimos viajar hasta Cabo Verde y verle en acción", cuenta el director de la cantera del Granca.

En agosto de 2009 viajaron hasta Praia (capital de Cabo Verde) Raúl Rodríguez, Carlos Frade -en ese momento técnico ayudante de Pedro Martínez en el primer equipo del Granca- y Alejo Melero -entrenador de la cadena de filiales-. Allí se citaron con Walter Samuel, que para la cita se tuvo que trasladar desde Maio, una de las islas que forman el país macaronesio, en la que habitan alrededor de siete mil personas y en la que el jugador convivía con su madre -junto a la que vendía leche y pescado-.

El encuentro, tras el primer tropiezo visual, desató la euforia entre los tres técnicos del CB Gran Canaria que, tras un chivatazo casi anecdótico procedente de una persona alejada del baloncesto, se toparon con un adolescente de 16 años que, en su primera medición, reveló parte de su fortuna: una altura de 2,13 metros y una envergadura de 2,36 metros.

No fue fácil ver jugar a Walter Samuel en Praia. De entrada, el pívot no había competido, de manera oficial, jamás. Y encontrar unas playeras de su talla -un 51,5 en 2009- se convirtió en una epopeya minúscula cuando el jugador, tras años sin utilizar un calzado cerrado, era incapaz de cubrir sus pies con las zapatillas deportivas. Pero, al final, Big Edy jugó y convenció a los técnicos del Granca, que optaron por dar el siguiente paso: organizar una prueba en la Isla.

Progresión imparable

En octubre de 2009, con un visado de turista, Water Samuel viajó hasta Gran Canaria. Durante 21 días fue sometido a diferentes análisis -los médicos revelaron que sufría anemia y su musculatura no se había desarrollado correctamente-. "Aunque nunca había jugado al baloncesto, comprobamos que su capacidad de aprendizaje era estupenda y que no tenía vicios adquiridos, así que apostamos por él y en octubre regresó con una tarjeta de estudiante para quedarse", recuerda Raúl Rodríguez.

Desde ese momento, la progresión de Walter Samuel Tavares en la disciplina del Granca ha sido imparable. "De entrada decidimos que entrenara con el júnior B", apunta el director de cantera de la entidad claretiana, quien de inmediato añade que "unos meses después, en febrero, ya jugaba con el júnior A, con el que participó en el Campeonato de España".

"Estamos encantados con su trabajo y con su predisposición", subraya Raúl Rodríguez. "En dos años y medio no ha dejado de mejorar. Tras su etapa juvenil, su siguiente reto fue pasar al equipo EBA. El plan inicial era que entrenara con ese conjunto para que, con el trabajo diario, progresara poco a poco. Nada le detuvo. A final de campaña promediaba veinte minutos en cancha. Tras ese curso, se unió con varios canteranos al trabajo de post-temporada. Lo hizo tan bien que lo enviamos al UB La Palma para que allí se fogueara a nivel profesional. Y nos volvió a sorprender, porque acabó como titular en la última eliminatoria del playoff de ascenso a la ACB", agrega.

El lugar, a priori, de Walter Samuel esta temporada está en el filial del Granca que participará en la LEB Plata. Pero de momento, este pívot que en Gran Canaria ya ha completado un módulo de carpintería y apura para terminar la ESO, no deja de mejorar a las órdenes de Pedro Martínez. Ojo con Big Edy.