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Baloncesto Supercopa Endesa

El último de la pretemporada

García Reneses se queda sin más "amistosos" antes del inicio de Liga con aspectos que pulir

Si algo había repetido una y otra vez durante estos días el técnico del CB Gran Canaria, Aíto García Reneses, era que este torneo se lo tomaba como un partido para "mejorar" sin la necesidad imperiosa de tener que conseguir una gesta para el recuerdo si su equipo tumbaba al Barça. "Hay que agradecer esta oportunidad porque para nosotros es muy difícil tener partidos amistosos por viajes y demás y será un test de alto nivel. Nos vendrá bien al ser rivales de mucha entidad", afirmó el lunes.

Esa idea era algo que en la mente de García Reneses no iba reñido con competir. Un concepto, el de luchar por un puesto en la final de la Supercopa Endesa -un título menor, pero mejor que ninguno de los que ha ganado el Granca en su historia-, que al Herbalife le duró poco más de dos cuartos. Porque ahí, en el comienzo del tercer periodo, el Barça sacó su arsenal a paseo para reventar el partido. Lo hizo gracias a su eficacia desde la línea de triples (14/30, un 47% de acierto al término del duelo), repleto de lanzadores de garantías como Doellman (4/6 por dentro), Oleson (2/4) o Eriksson (con un 3/4 cuando el partido ya estaba más que decidido). Pero también gracias a una pasividad en defensa del Herbalife, superado con la eficacia azulgrana, nacida en parte, por el poco empeño que el Granca ponía en un duelo que se le escurría sin poder hacer prácticamente nada más que resignarse.

El Herbalife mostró signos evidentes de debilidad en su perímetro. Porque con el bloqueo directo el Granca sufrió e hizo cómodo el trabajo del Barça, que siempre encontraba un pase extra para intentar machacar desde fuera. Y lo repitió en varias ocasiones ante la frustración del club claretiano.

Por ahí, el Barça ajustició al Granca. Hasta siete jugadores del conjunto azulgrana consiguieron ver canasta desde los 6,75 metros. Una sangría que el Herbalife nunca consiguió parar y un arma, con la que tampoco contestó.

El porcentaje de acierto en triples del Herbalife lo resume: un 5/21 para acabar el duelo con un pobre 24% de efectividad. Y eso, el Granca también lo acusó. Este año, aparentemente, la línea de tres del Herbalife tiene mejores condiciones para cumplir con más efectividad: Kuric, Salin y Pangos son los especialistas, secundados por Rabaseda, el día que tenga Newley y lo que pueda aportar un ala-pívot como Aguilar. Pero ayer, nada de eso apareció.

La nota positiva de ataque amarillo por el momento está en la conexión que se asoma entre Albert Oliver y Alen Omic. En varias jugadas, el pívot esloveno encontró perfecta la línea para sortear bloqueos y plantarse debajo de la canasta. También para entender perfectamente a Oliver, mucho más curtido que Pangos en la dirección y la asistencia. Mientras, en la lista de tareas pendientes en la libreta de Aíto García Reneses está intentar acortar los plazos de adpatación a sus dibujos de Pablo Aguilar, ayer aún verde en su nuevo equipo para enfrentarse a un rival de la entidad del Barça.

Pero, para disgusto del entrenador, todos esos mecanismos que tiene que automatizar por delante el equipo tendrán que conseguirse con la Liga Endesa y la Eurocup ya empezadas. Algo que ocurrirá justo dentro de una semana, cuando las luces del Gran Canaria Arena se vuelvan a encender y la grada anime en el regreso de su equipo, del que espera ver algo grande -como decía el eslogan de captación de abonados de la pasada campaña-: la nueva versión del Herbalife de Aíto García Reneses. Sin embargo, para poder ver ese equipo en plenitud habrá que esperar, aunque el de ayer haya sido el último día de la pretemporada.

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