El 21 de septiembre de 1985, en la calle Lleida -al pie de Montjuïc-, el Granca -todavía bajo el nombre de Claret Las Palmas- se presentó humildemente en el Palacio de los Deportes de Barcelona para hacer realidad un sueño grande: debutar en la Liga ACB. Su rival aquel día, el último del verano, fue el RCD Español -hace 30 años el club perico tenía sección de baloncesto y aún lucía la ñ en su escudo-. Al conjunto claretiano lo entrenaba Joaquín Costa, en sus filas destacaban los nombres de Willie Jones, Berdi Pérez, Patas Beltrán, Javier Abadía, Les Craft, Nino Morales, José Luis Subías, José Luis Bernal o Paz Talán y todos competían bajo el manto protector de Pepe Moriana -presidente, mentor, alma máter, padrino, guía y lo que hiciera falta de aquel proyecto-.

Allí, aquel día que se resolvió con una derrota ante el RCD Español de Mike Phillips, Epi I -hermano del mítico Epi, que era Epi II-, Pepe Colins, Vernon Smith, Albert Illa, Pepe Collins y Joan Pera -ya andaba por ahí-, arrancó una aventura que, 30 años después, ha situado al Granca entre la aristocracia de la ACB. Desde entonces, el club insular sólo ha estado fuera de la élite cinco temporadas. Y por el camino ha asomado la cabeza entre los grandes, como una especie de matarreyes del clan Lannister capaz de tumbar a clubes tan soberanos como el Real Madrid, FC Barcelona, Joventut, Baskonia, Unicaja, Valencia Basket o Estudiantes.

En 25 cursos repartidos entre 30 años, el Granca se ha hecho con un asiento en la academia del baloncesto español. Ha competido en doce Playoff por el título de la Liga Endesa y se ha colado en diez fases finales de la Copa del Rey -y embas competiciones su techo se sitúa en las semifinales-. Desde aquel estreno ante el RCD Español, el equipo amarillo -que en sus primeros años por la máxima categoría vistió de blanco y de azul- ha disputado 880 partidos en la élite con un balance de 411 victorias y 469 derrotas. En números totales, el Herbalife arranca el ejercicio 2015-16 en la undécima posición de la clasificación histórica de la ACB. Le superan, en ese ránking, Real Madrid, FC Barcelona Lassa, Movistar Estudiantes, FIATC Joventut, Laboral Kutxa, ICL Manresa, Unicaja Málaga, CB Valladolid -ya desaparecido-, Valencia Basket y Baloncesto Sevilla.

Final de la Eurocup

No ha levantado ningún gran trofeo el Granca desde entonces -en sus vitrinas sólo luce el título de campeón de la Liga EBA de 1995-, pero las tres últimas décadas de la ACB no se entienden sin la ilusión, el esfuerzo, el trabajo y la perseverancia de la entidad claretiana. Todos esos rasgos aparecen en el ADN de un equipo que el curso pasado rozó el cielo en el Viejo Continente.

Después de firmar 21 victorias en 22 partidos -sólo el Banvit Bandirma, en Turquía, fue capaz de hacer tropezar en el camino al conjunto de García Reneses-, el Herbalife se coló en la final de la Eurocup. Allí se midió con el Khimki, un equipo con alma, cuerpo y cartera de Euroliga. El conjunto ruso no le dio ni un momento de tregua al Granca, al que superó en la Isla (66-91) y en Moscú (83-64).

La derrota ante el Khimki, en el último escalón de la Eurocup, no se metabolizó en el club de la Vega de San José como un drama. Fijó el punto culminante del camino que aquel Claret de Pepe Moriana empezó a trazar en el Palacio de Deportes de Barcelona, en la calle Lleida -al pie de Montjuïc-, contra el RCD Español. Hoy, 30 años después y ante su temporada número 25 en la ACB, el Granca está en la gloria.