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Balonmano Homenaje

Leoncio: deporte en las venas

El Ayuntamiento capitalino rebautiza hoy el polideportivo Municipal de Tamaraceite con el nombre de Leoncio Castellano Arencibia, como reconocimiento a su gran labor

Reconocimientos. ARCHIVO LEONCIO CASTELLANO

Leoncio Castellano Arencibia (Santa María de Guía, 14-01-1944), próximo a cumplir 72 años, es toda una institución en el deporte de Gran Canaria, en general, y en el balonmano -insular, regional y nacional- en particular, en el que es referencia incluso internacionalmente. Este guiense -"de nacimiento, aunque muy poca gente lo conozca, porque todo el mundo piensa que soy de Guanarteme, pues allí fue donde me crié, dado que mis padres se trasladaron al barrio capitalino cuando yo tenía cinco años", señala el interlocutor- ha hecho carrera, una larga carrera, en el balonmano. No sólo a nivel de jugador o, sobre todo, de entrenador, sino también porque en próximas fechas será presentado su noveno libro sobre deportes.

Medicina y deportes, editado por Liber Factory a través de Visionnet-libros, ya está a la venta y tan sólo a la espera de ser presentado públicamente. De entre los ocho libros anteriores, destaca Prebalonmano a cuatro, libro reconocido por la IHF (Federación Internacional de Balonmano) como el primero escrito sobre este deporte.

Pero la prolífica faceta literaria de Leoncio, se diluye en la actividad deportiva que ha desarrollado a lo largo de su vida. Tras iniciar su actividad escolar en el "viejo Colegio Arenas, de la calle Mas de Gaminde", hizo la preparatoria al bachillerato en el instituto Grau Bassas, para luego pasar al Colegio del Pino. Ahí, en el colegio, descubrió el deporte. "Yo era un niño hiperactivo", señala Leo -como todos le llaman desde siempre-, "y por eso me llamó la atención el deporte, porque ahí podía descargar esa hiperactividad. Participaba en todas las actividades que podía y más. Incluso hasta éramos, en la época, autodidactas a la hora de crear nuestros propios juegos".

Así, poco a poco, van pasando los años escolares y a lo once años Leo ya practicaba varias actividades deportivas "principalmente fútbol, fuera del colegio, y balonmano, en el colegio", indica.

A esa edad ya había ganado algunos títulos como portero de fútbol, cuando actuaba en las filas del Simancas, uno de los equipos del barrio de Guanarteme. Además, practicaba salto de longitud, baloncesto, voleibol, gimnasia deportiva... "Era polifacético", se apresura a señalar entre risas.

Inicio de la docencia

Pronto iba a aparecer en la vida de Leoncio Castellano la que luego sería su profesión: la docencia deportiva. Y es que Leo fue "un entrenador precoz". Con 17 años, ya era entrenador de algunos de los equipos del colegio en distintas modalidades y "también dirigía equipos en la recién estrenada cancha del colegio Santa Catalina", como él mismo indica.

Nacía así su relación con la docencia, que apenas un par de años después corroboraría con la obtención del título de instructor de Educación Física y Deportes, obtenido en el INEF de Madrid y que recibiría de manos de Juan Antonio Samaranch, a la postre presidente del COI durante varias décadas.

En 1969 pasa a ser funcionario de carrera y en los inicios de la década de los ochenta del pasado siglo, al igual que muchos compañeros de la especialidad, realiza la convalidación que le sirve para ser licenciado en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte. Su etapa docente, con plaza fija en la antigua Universidad Laboral, donde se jubiló oficialmente ya con el nombre de CEI Felo Monzón, le llevó a dar clases por muchos lugares de la geografía capitalina, pero destacando sobremanera sus etapas en el Pérez Galdós, en el Alonso Quesada -donde sacó unos cuantos campeones de España en distintas modalidades-, el Colegio Claret, el Colegio San Rafael e incluso el Jaime Balmes, entre otros.

Campeón de España

Esa etapa de comenzar con la docencia la inicia Leoncio "al aprovechar mi estancia en la mili, en la Zona Aérea de Canarias", donde coincidió con Jesús Telo Núñez. El por entonces comandante Telo, de Aviación, "me incluyó en todas las actividades deportivas que pudo. Incluso en gimnasia deportiva, y llegué a ser campeón de España, tanto de forma individual como por equipos con el equipo de la ZAC, en competición que disputamos en la base aérea de León. Incluso participé en eventos internacionales representando a la ZAC en tumbling y mesa alemana", señala.

Con apenas veinte años, Leoncio Castellano ya era todo un referente en la vida deportiva de Gran Canaria. Era un entrenador con cierto prestigio ya, y practicante de infinidad de modalidades deportivas, con incluso ese título de campeón de España militar en gimnasia deportiva.

El idilio con el balonmano

Pero ya antes de su etapa en el servicio militar, a Leoncio le había prendido en su cuerpo y en su sangre la llama del balonmano. Era asiduo practicante de fútbol -quienes le vieron jugar no dudan al afirmar que era un excelente guardameta-, pero su pasión ya era el balonmano, que también practicaba desde la etapa escolar.

Se inicia su verdadero idilio con la actividad balonmanística al poco de inaugurarse la cancha del colegio Santa Catalina. "Yo jugué, como portero del SEU, en la inauguración de la cancha. Y al año siguiente acudieron a dar allí un curso Domingo Bárcenas y Jesús Alcalde, que era el capitán de la selección española. Asistí a ese curso y a partir de ahí continué evolucionando en el balonmano hasta conseguir el título de entrenador nacional en 1969. Al año siguiente presenté mi tesis y hasta hoy día, añadiendo además los títulos de entrenador nacional de mérito (con el número 18 de la RFEBM) y el de técnico superior de balonmano. Además de acudir a infinidad de cursos internacionales", señala.

Cursos, estos últimos, que acreditan su condición de técnico internacional y que, además, le avalan a la hora de sus conocimientos, elevados conocimientos, de este deporte, donde llegó incluso a ser precursor de determinados sistemas y evoluciones tácticas, como el poner en práctica la denominada defensa 3-2-1, que algunos definen como abierta y profunda.

Tras unos años llevando equipos escolares y de base, su primer equipo un tanto más serio sería el Tirma femenino, "donde jugaban, entre otras, Ana María Nuez, que fue la primera jugadora canaria internacional, o Dora Hernández", indica el propio Leo al evocar esa época, en la que fueron campeones invictos en varias ocasiones.

Canteras, Escaleritas, BMW...

Con el paso de los años, en los inicios de la década de los setenta se crea el Canteras UD y Leoncio se hace cargo de los chavales de la base. "Tuve un superequipo, campeón en todo lo que jugamos", señala. Rafael Pérez, Falo, se hace cargo del primer equipo y en la temporada 72/73 lo sube a la Primera División.

Ahí entra en escena de nuevo Leoncio Castellano. "Tuvimos que formar tándem, porque yo era el que tenía el título", indica. Y a la campaña siguiente, tras muchas vicisitudes, Leo se hace cargo en solitario a mitad del curso. Tuvieron que jugar la primera vuelta en tierras peninsulares y la segunda en Tenerife, porque en Gran Canaria no había un polideportivo en condiciones y homologado por la Federación Española. "Íbamos mal en la tabla y en la segunda vuelta, en Tenerife, sólo perdimos un partido, contra el Vallehermoso, y salvamos la categoría quedando a mitad de la tabla", relata Leoncio Castellano.

Tras dos años, Leo se fue al Casa de Galicia Sansofé, con el que de nuevo fue campeón invicto de Canarias y perdió un ascenso, al ser subcampeón de la fase, en Ripoll. "Allí nos castigaron los árbitros en la final y además no pudimos contar con Toni Buenaventura, que se había lesionado, Todo eso nos lastró. Pero con los años se lo dije a Amigó, que era uno de los árbitros, y le dije que lo tenía muy presente en mi memoria", señala.

Luego vendría otra etapa, también de dos años, al frente de "otro equipazo", como fue el BMW de Gáldar, donde Leo indica haber vivido una gratísima experiencia.

Hasta que llega a formar parte del Escaleritas, encontrándose entre los impulsores y fundadores del club junto a otro buen número de entusiastas. Allí estuvo, entre idas y venidas como máximo responsable técnico, alrededor de ocho años. "Subimos incluso a Primera División y tuteamos a los grandes en el Obispo Frías", comenta con orgullo.

El mismo orgullo que muestra de todos aquellos jugadores que tuvo a sus órdenes. Los recuerda a todos y cada uno de ellos. "Todos los que tuve a mis órdenes fueron grandes jugadores y a todos los he querido como a mis hijos, pese a mi duro carácter, así que no me pidas que destaque a unos por encima de otros. Tuve y saqué muy buenos jugadores, cada uno con sus características y de todos me siento orgulloso", señala el veterano técnico grancanario.

'Verano y deporte'

Esta es, a grosso modo, la vida de Leoncio en el balonmano. Pero Leo cuenta con orgullo su participación en otros muchos deportes y en otras muchas iniciativas. Sin embargo, de lo que más se enorgullece es de haber compartido, junto a Agustín Vizcaíno, el lanzamiento de las campañas Verano y deporte, que ya no existen y de cuya finalización se apena.

Fue director y coordinador de estas campañas muchos años. "De ahí partió el futuro deporte escolar. Y de esas campañas salieron multitud de grandes deportistas, sin querer resaltar a ninguno en particular, pero seguro que todos los conocen. Es una gran pena y un sin sentido que se perdieran esas campañas, que ya no se hagan por parte de los responsables del Ayuntamiento, porque se están perdiendo muchas semillas, muchos mimbres de excelentes deportistas. Ahí, en esa base, es donde hay que trabajar para que puedan resurgir deportes que se han ido perdiendo con el paso del tiempo. Es lo que hay que fomentar para volver a tener una riqueza de calidad y cantidad que nos devuelva los éxitos de antaño", afirma Leoncio Castellano con rotundidad.

El Ayuntamiento capitalino le hace hoy un reconocimiento a su amplia labor docente y deportiva con el rebautizo del Polideportivo Municipal de Tamaraceite con su nombre. Sin embargo, Leoncio, que se congratula de este reconocimiento -y aunque ni lo expresa ni lo dice, más por recibirlo en vida-, no se ha olvidado del deporte pese a llevar ya un buen puñado de años jubilado.

En la actualidad, aunque a todos dice que lleva una vida más que sedentaria "sólo caminar mucho, aunque no tanto como debiera", porque como dicen otros amigos, "lo dice para engañar a los médicos, como si ellos no supieran lo que hace", la realidad es que sigue pegado al balonmano, pues en el polideportivo que a partir de hoy llevará su nombre, ayuda a su hijo Javier y a sus nietos Christian y Jonathan a llevar la escuela de balonmano, donde tienen un buen puñado de niños y niñas bajo su tutela.

Y es que, como él mismo dice, si a Leoncio Castellano, Leo, le abren las venas "en vez de sangre saldría deporte. Saldrían balones de balonmano chiquititos" - y ríe a carcajada abierta-.

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