Una incógnita sobrevolaba la pista del Gran Canaria antes del primer partido de la Eurocup en casa: si el cuadro claretiano conseguiría soportar la presión asfixiante del MHP Riesen Ludwigsburg. Y los pupilos de Aíto García Reneses acometieron la misión con nota y una renta final de 20 puntos: 95-75. Supieron contrarrestar esa intensidad defensiva alemana con temple y excelente labor defensiva y ofensiva, aunque no fuera así en los primeros compases del choque. Pero pararon, mantuvieron la mente fría, cogieron resuello y hundieron al rival sin piedad en el tercer y cuarto periodo.
Tras Le Mans Sarthe, el vigente subcampeón de la Eurocup encadena su segunda victoria consecutiva en el torneo continental, la cuarta en el global del nuevo curso y se sitúa líder del grupo B en la Eurocup. Tanto MHP Riesen Ludwigsburg como el Herbalife Gran Canaria saltaron a la pista ansiosos de aventajar al otro.
Ambos imprimieron un ritmo frenético en los primeros minutos. La intensidad defensiva y la agresividad del estilo de juego del conjunto alemán pudo con el Granca por momentos, que desaprovechaba las posesiones, forzado a tirar sin acierto al borde de la bocina, en las manos de Pangos y Kuric. Además los regalos defensivos ayudaron a que el equipo de John Patrick se adelantara en el marcador 5-11, tras un parcial de 0-5.
Sin embargo, el cuadro claretiano se repuso de este traspiés inicial. Con los seis sentidos en alerta, Aíto comenzó las rotaciones y Oliver, Báez, Aguilar y Savané entraron a su debido tiempo. También lo hicieron Salin y Rabaseda. Todos con un objetivo claro: voltear el electrónico. El equipo del estado de Baden-Wurtemberg levantó el pie del acelerador y el Granca lo aprovechó con rabia, la misma con la que Taph se colgó del aro para equilibrar el resultado 13-13 en un Gran Canaria Arena que registró una floja entrada (2.547 espectadores). Un reñido segundo periodo dio paso al festival local. Al descanso el equipo isleño se fue con una renta de ocho puntos (43-35). No cabían más despistes en los rebotes defensivos: los teutones ganaban esa batalla por16 a 14. Aguilar ya avisaba de su peligro tanto en la pintura como desde el perímetro. En las manos del ala-pívot granadino (14 puntos), en las de Kuric (15), Newley (14), y Salin (17), máximo anotador amarillo, se fraguó el triunfo del Herbalife Gran Canaria. Los tiros del jugador finés desde la línea de 6,75 metros, iluminaron el camino. Omic, Báez y Savané superaron en el juego interior a Brockman, Boone y Waleskowski, los guardianes de la pintura germana. Por contra, un desacertado Oliver en asistencias y en tiro perdió el duelo con el máximo artillero del partido, con 18 puntos, el exbase de la NBA Mustafa Shakur.
Esta brillante actuación coral de los de Aíto anuló por completo en el tercer cuarto ese dos contra uno (trap) que tanto dispuso el rival en la primera mitad del choque. El MHP Riesen Ludwigsburg, séptimos de la Beko BBL, la liga alemana, aguantaba como podía el tirón grancanario con el escolta Rocky Trice y el alero Shawn Huff.
El marcador final del tercer cuarto (67-55) vaticinaba una victoria aplastante del Granca. Salin seguía en racha desde el exterior, Aguilar se salía del mapa y Newley rompía por la mitad al visitante con algún que otro robo y contrataque.
Pangos entró a canasta sin miedo y sin complejos ante las torres alemanas. El feudo de Siete Palmas se venía arriba con los cánticos al ver el resultado final (95-75). "¡Alé-Amarillo-alé-alé!". Aficionados ilusionados con ver al Herbalife otro año más en la final del viejo continente. Atesora talento y seguridad en uno mismo. Que tiemble el Enel Basket Brindisi el próximo martes.
