Celos, tensión, revanchas, emoción extrema, rivalidad mal entendida transformada en odio. El Circo de las dos ruedas convertido en un Falcon Crest televisivo con un desenlace final que no lo hubiera siquiera imaginado el guionista más imaginativo.

La corona se decidirá en la última carrera, en dos semanas en Valencia, pero los protagonistas no serán sólo los dos candidatos a la misma -el italiano Valentino Rossi y el español Jorge Lorenzo- sino que en esa pelea final tendrán mucho que decir Dani Pedrosa, vencedor ayer en Sepang y el piloto más en forma del momento, o un Marc Márquez con muchas cuentas que saldar con el transalpino tras el bochornoso espectáculo de ayer. Y hasta Iannone y Dovizioso, con sus Ducati, pues de ellos puede depender la suerte del campeonato.

Ganó Dani Pedrosa por delante de Jorge Lorenzo y de Valentino Rossi. Cuatro puntos más que recortó el balear al italiano, que queda con una renta de siete ante la cita final. Pudieron -¿debieron?- ser más. Pero Valentino ganó ayer dos batallas aunque puedan costarle la guerra. En la primera eliminó con una patada a Marc Márquez en la sexta vuelta de carrera cuando llevaban una docena de adelantamientos y contra adelantamientos; en la segunda al no ser castigado por los comisarios con la pérdida de los 16 puntos que le valían su tercera plaza en el podio...

Pero no se fue sin castigo. Primero porque tirando a Márquez con sus malas artes tiró también por la borda buena parte, si no toda, la imagen de chico alegre que se divertía pilotando y ganando.

Cuando vinieron mal dadas la gallina vieja -como él mismo se definió en 2009 cuando ganaba su novena y hasta ahora última corona mundial- sacó a relucir su mal genio, sus malas artes. Su mal perder o su no saber ganar. Inició la pelea Rossi el pasado jueves cuando acusó a Márquez de preferir que fuera Lorenzo el campeón (?), de hacer lo posible por molestarlo en pista.

El de Cervera no le respondió con palabras pero sí en la carrera. Y se enzarzaron en una batalla que apuntó muy malas formas desde el primer momento. Que se adivinaba cruenta. Y así fue. Llegó Rossi a levantar amenazante el puño a Márquez en la quinta vuelta y a la siguiente, entre las curvas 13 y 14, le cortaba la trayectoria, se le quedaba mirando en lugar de mirar la trazada, y con una patada, o rodillazo, lo enviaba al suelo. "Se me resbaló el pie"... en versión libre del italiano.

Ganó Dani una carrera que dominó de principio a fin por delante de Lorenzo y un Rossi que, tercero, no se fue de rositas. Le respetaron los comisarios la plaza pero le imponían una sanción de tres puntos en el carnet que, unidos al que ya perdió por pilotaje irresponsable en San Marino le llevarán a la última plaza de la parrilla en Valencia. La pelea sigue abierta y Rossi suma enemigos. Menuda traca final.