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Un problema de combustible

El Granca se esfumó del partido en el tercer cuarto tras una primera parte soberbia

Wohlfarth intenta escaparse de la presión de Savané (izq.) y Oliver. ALBA BERLÍN

Hubo un momento ayer en Berlín donde el Herbalife caló su motor. Incapaz de conectar sus pistones, sin movimientos precisos, más bien torpes, el Granca no arrancó su juego después de un tercer cuarto nefasto, que acabó con la ventaja de 12 puntos que se llevó el equipo grancanario al término de la primera mitad del partido (35-47).

Porque en el tercer cuarto, ese periodo tan temido por los entrenadores, capaz de invertir dinámicas por completo de un partido donde el Herbalife notó cómo perdía la velocidad de crucero total que marcó en la primera parte del choque. En los diez minutos que duró el tercer cuarto, el equipo de García Reneses sólo fue capaz de anotar siete puntos por los 25 del cuadro alemán. Un golpe tremendo que dejó al conjunto grancanario en la cuneta, esperando por la grúa y con el indicador del depósito del combustible de un equipo que ayer funcionó como un motor de gasolina en rojo.

Tras su comienzo espectacular, con 28 puntos en el cuarto inicial y 47 al término de la primera parte, el equipo de Aíto se apagó de golpe en el tercer periodo bajo el amparo de su colchón de puntos. Ayer al Herbalife le falló algo que nunca le había pasado hasta entonces en su temporada: no encontró el nivel esperado en la rotación.

La triste baja indefinida de Kyle Kuric -será intervenido de un tumor cerebral- se sumó a la ausencia de Ovidijus Galdikas, habitual durante toda la temporada. Además al Granca se le sumaron los problemas de Brad Newley -castigado con una lumbalgia y una bursitis en el codo en la última semana- y la de Pablo Aguilar -con problemas en un codo en los últimos días-.

Unos inconvenientes que el equipo amarillo no pudo dominar ante el potencial de los de Sasa Obradovic. El factor diferencial hasta ahora del equipo de García Reneses como era su aportación de banquillo a través de una rotación compacta, se rompió. La carga excesiva de minutos dificultó más aún superar un partido con una carga psicológica añadida más que notable: la grave enfermedad del escolta norteamericano Kyle Kuric.

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