Las autoridades alemanas cancelaron a última hora el partido de fútbol amistoso que iba a enfrentar a Alemania y Holanda en Hannover ante el temor a que se produjese un atentado islamista en el estadio, aunque tras analizar varios "objetos sospechosos" no se hallaron explosivos ni artefactos de largo alcance.

El responsable de Interior del estado federado de Baja Sajonia, Boris Pistorius, afirmó que, aunque el operativo policial sigue en marcha, las fuerzas de seguridad no se han incautado de ningún artefacto ni se ha practicado ninguna detención.

La Policía de Hannover confirmó en un comunicado después de que se cancelase el encuentro, que se investigaron varios objetos. No obstante, el ministro de Interior alemán, Thomas de Maizière, justificó la decisión "dura" y "amarga" de suspender el encuentro por la serie de indicios que se habían ido acumulando durante la tarde.

Fiebre de pánico en Europa

De Maizière habló de "buenas y amargas razones" para la cancelación, aunque no dio más detalles porque "se trata de la seguridad nacional" de Alemania. La decisión ha sido "dura", pero "en tan difícil situación tiene prioridad la seguridad de la gente", argumentó. El ministro reconoció que la decisión se había tomado "tarde" -hora y media antes del inicio del partido y con espectadores ya en el estadio- pero explicó que los indicios se habían ido consolidando. "Los indicios se han consolidado de tal manera" que, "tras una cuidadosa reflexión" y para garantizar "la protección de las personas", se ha decidido cancelar el partido que iba a tener lugar en el IDH Arena. Anteriormente, el jefe de Policía de Hannover, Wolker Kluwe, aseguró en declaraciones a la televisión pública "ARD" que había "indicios concretos" de ataque.

El responsable de policía agregó que, como las puertas del estadio llevaban sólo 20 minutos abiertas. La policía animó por megafonía a los aficionados. Además, se arrestó en Alsdorf (oeste de Alemania) a siete personas que en un principio se pensó que podían tener relación con los ataques de París, en los que murieron al menos 129 personas, pero se pusieron en libertad.