Ante la falta de estro, oficio. Así, el Herbalife Gran Canaria, con ese intercambio de conceptos y base de trabajo, consiguió sacar su quinta victoria de la temporada en Eurocup ante el Le Mans Sarthe ( 77-62). Un triunfo peleón que le deja más que virtualmente clasificado para el Last 32, a la espera de que se complete hoy la jornada.
Los 15 puntos de ventaja con los que el Herbalife acabó el partido, quizá no correspondan a la diferencia real que mostraron las versiones de los dos equipos ayer. El deporte, como casi cualquier actividad humana, tiene momentos de inspiración y de rutina. Pero ayer, durante el primer cuarto el Herbalife Gran Canaria no encontró ninguno de esos dos ingredientes esenciales para desarrollar el baloncesto fluido en el que se ha bañado durante estos primeros meses de competición.
Le costó un rato meterse al conjunto amarillo en el partido. Hasta seis ataque tuvo que elaborar -más bien improvisar- el equipo de García Reneses para entonarse. Ni Galdikas, la gran sorpresa del quinteto titular de Aíto en detrimento de Alen Omic, ni Paulí , ni Báez, ni Salin, vieron canasta a la primera. Ni siquiera el tiro libre estaba con el Granca. Kevin Pangos, todo un seguro desde esa línea, falló dos lanzamientos consecutivos.
En esas el Le Mans al ritmo de McKee sacó un 0-7 de parcial inicial que dejaba a Aíto regañado en la banda, con aires de cierta preocupación. Antes del comienzo, el conjunto francés se llevó la ovación de los más de 3.000 espectadores que poblaron las gradas del Arena. Un reconocimiento a unos jugadores que juegan, entrenan y viven a apenas 200 kilómetros de París, el foco de la atención del mundo occidental estos días, después de la matanza provocada por la sinrazón terrorista del pasado viernes en la capital gala.
Un triple de Salin iluminó el camino (3-7) de un Herbalife que, ante la falta de musas, tiró del pico y la pala para meterse en el partido. Sólo con trabajo, la intensidad defensiva y la entrada de Oliver dio un empujón al Granca. Ahí empezó el equipo claretiano a igual un partido en el que no estaba. Con el base catalán dirigiendo y la intimidación y ganas de Alen Omic, el Herbalife comenzó a remontar. Aguilar puso por primera vez al Herbalife por delante en el partido (13-11) para cerrar el cuarto a la perfección sumando un parcial total de 8-2 y acabar el cuarto cuatro puntos por encima (17-13).
Con un ritmo ramplón y sin alardes en el juego, el partido se metió en el barro. Enfangado, el nivel físico del Le Mans rompía a un Granca sin mucha respuesta ante esa situación. No había forma de encontrar divertimento ni alegría en el juego más allá de un alley-oop que cocinaron entre Paulí y Oliver (22-20). La realidad demostraba que el Herbalife no se encontraba bien. Sin flotar sobre el parqué, el Le Mans acometió su ofensiva. Sin mostrar una ostentación de cualidades, talentos y recursos, despegaron para completar un parcial de 2-10 y alcanzar otra renta de seis puntos (26-32). Galdikas y Rabaseda acercaron el marcador para dejar el choque al descanso a tiro de un triple de distancia (29-32).
La reacción
El descanso le hizo bien al Granca. Tópico o no, con o sin base científica, ese tercer cuarto tan temido por los entrenadores, capaz de voltear partidos, estuvo con el Herbalife esta vez. Aquí se construyó el momento de la reacción insular. Kevin Pangos dejó a un lado su pésima primera mitad para comenzar a dirigir con algo más de criterio y anotar. Así, sustentados en el canadiense, en Omic en los postes y con Pablo Aguilar haciendo más que números para las estadísticas, el Herbalife volteó el partido a base de remar. El tercer cuarto con un 26-10 total, dejó al Granca con el partido y la clasificación virtual a tiro (55-42).
Con Oliver al mando el Granca terminaba de cerrar un partido que se alargó por el empeño de Lofton -con 13 puntos consecutivos puso un peligroso 61-55-. El último empujón francés fracasó y el Herbalife, otra fecha más, duerme como líder.
