Un bofetón para reflexionar. Es lo que le dio ayer (86-61) el Valencia Basket a un Herbalife Gran Canaria que entregó las armas en el tercer cuarto, cuando pasó cinco minutos sin anotar y encajó un escandaloso parcial de 12-0. El rival que tenía delante es una apisonadora, el líder invicto de la Liga y la derrota entraba en los pronósticos, pero no una paliza tan soberana. El desastre en La Fonteta es la segunda derrota seguida tras la encajada en Alemania y confirma una tendencia negativa desde la baja de Kyle Kuric. Además ayer no participó Pablo Aguilar por sus molestias en el tobillo, por lo que la plantilla se le está quedando corta a García Reneses, necesitado de un refuerzo que estimule al equipo.

Porque al Gran Canaria le falta energía e intensidad, esa que le sobraba en los primeros partidos de la temporada. La acumulación de kilómetros empieza a hacer mella, algo que ya se esperaba, pero no tanto el bajo rendimiento de Xavi Rabaseda y Galdikas, o la irregularidad de los más veteranos. Ayer Brad Newley y Eulis Báez, gigantes en otros duelos, solo alcanzaron cinco puntos de valoración, a lo que hay que añadir el nefasto encuentro de un Sasu Salin que sigue en cuesta abajo, víctima principal en la rotación por la ausencia de Kyle Kuric. Sus dos faltas tempraneras condicionaron todavía más a García Reneses, falto de fondo de armario para combatir el vendaval que se le vino encima.

Diversión en 'La Fonteta'

Todo ello sucedió en el peor escenario posible porque el Valencia Basket es el ogro de la Liga Endesa y de la Eurocup. Ante el Gran Canaria selló un pleno al quince en esta temporada. Todavía no conoce la derrota el conjunto de Pedro Martínez, que en su reencuentro no tuvo piedad. El cuadro taronja, liderado por un Justin Hamilton que apunta a MVP de la Liga, manejó distancias a su favor desde la mitad del primer cuarto. Y aunque el Gran Canaria aguantó como pudo hasta el descanso gracias a buenos minutos de Sitapha Savané y Albert Oliver, hincó la rodilla en el tercer parcial, en el que el Valencia se cebó. El último período solo sirvió para dar descansos y que algunos jugadores maquillaran sus números.

Intentó varias alternativas García Reneses ante la lesión de Aguilar. Así, durante muchos minutos Oriol Paulí se tuvo que medir con el ala-pívot de turno, formando el Granca un quinteto repleto de bajitos. También probó a Galdikas para frenar a Hamilton, pero duró tres minutos, yvarias defensas diferentes pero no era el día de los amarillos, superados por el poderoso Valencia en todos los aspectos.

Fue borrado de la pista el Herbalife, pero hasta el descanso resistió. De hecho, había comenzado bien el Gran Canaria, que con buenas defensas se vio con un interesante marcador de cinco arriba (5-10, m. 4). El Valencia empezó mandando con un canastón de Guillem Vives y un triple de Luke Sikma, pero se le apagaron las luces a los locales hasta un triple de Rafa Martínez cuatro minutos más tarde. El Gran Canaria, gracias a la dirección de Kevin Pangos y a los tiros libres de Báez y Newley cogió una ventaja para soñar.

Pero el Valencia, en un abrir y cerrar de ojos, puso la directa y con un parcial de 14-1 le dio la vuelta al encuentro (18-11, m. 8). Los dos equipos se cargaron pronto de faltas y había mucho contacto en el partido, requisito indispensable para que el Granca se convirtiera en amenaza. Así, entre falta y falta comenzaron a llegar las picaduras de Justin Hamilton. Ni un Alen Omic diminuto ante la inmensidad del ex NBA ni Eulis Báez inquietaron a los pívots del Valencia. Luke Sikma, que acabó con siete asistencias, también sumaba sin hacer mucho ruido y solo Savané en el segundo cuarto lograba plantarles cara.

Los amarillos, sin aire

El senegalés y Albert Oliver sostuvieron a la segunda unidad del Gran Canaria, que resistió el primer envite (29-26, m. 14). Ya poco antes del descanso, con Omic haciendo movimientos sin sentido y los exteriores fallando sin parar tiros de tres se vislumbró la sangría del tercer cuarto. El 2/9 visitante en triples contrastaba con el 5/8 del Valencia, dato clave para entender el 45-37 con el que se alcanzó el descanso.

Un triple de Vives y una penetración de Rafa Martínez fue el comienzo de un desastre que incluyó pérdidas absurdas, tiros a canasta que no rozaban aro y alley-ops sin freno en el Valencia. El Gran Canaria fue un juguete roto en un tercer cuarto que se cerró con un parcial de 26-10 que resultó definitivo. El último período solo sirvió para que los amarillos evitaran que la diferencia superara los 30 puntos. Fue un atropello de los que obligan a una reacción rápida.