Toda racha tiene su fin y la de los Warriors de Golden State llegó con su visita a los Bucks de Milwaukee, ante quienes caían la pasada madrugada por 108-95. En 24 se quedó su marca de victorias consecutivas desde que comenzó la temporada, récord en la historia de todo el deporte profesional de Estados Unidos; un número al que muchos equipos de la NBA no llegarán cuando finalice la fase regular del campeonato con sus 82 jornadas.

Y es que mientras los Warriors ofrecen la cara de la competición, la cruz queda para dos equipos históricos como los Sixers de Filadelfia o los Lakers de Los Ángeles, que con una y tres victorias a estas alturas viven la peor temporada de su larga vida.

Para analizar la derrota de los Warriors ante un equipo de perfil bajo como los Bucks -colistas de la División Central con un balance de 10 victorias y 15 derrotas-, hay que tener en cuenta en primer lugar el factor cansancio.

Los californianos llegaron a Milwaukee tras haber jugado la noche anterior en Boston (a 1.800 kilómetros al este), donde se imponían por 129-134 a los Celtics en un partido que necesitó dos prórrogas.

Y ese cansancio lo pagaron con unos pobres porcentajes de aciertos en los lanzamientos, con 6 de 26 en triples (23 por ciento) cuando venían acreditando esta campaña cerca del 50%.