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Desconexión total

El Herbalife se olvida de competir en el tramo final

Pablo Aguilar bota el balón ante la presencia de Trey Thompkins. LOF

Hace justo un par de semanas, el Herbalife Gran Canaria recibía un correctivo durísimo del invencible Valencia Básket. Por encima del doloroso resultado (86-61), el conjunto claretiano dejó una imagen triste y destiló un aroma próximo al de los equipos sin mucho amor propio. Ayer, en el Barclays Center de Madrid, la historia se repitió en gran medida. Y es que el conjunto de Aíto García Reneses, con la mirilla desviada, dejó de competir en el último cuarto y entregó su orgullo para ceder ante el Real Madrid su cuarta derrota de la temporada.

Tanto que a falta de poco más de tres minutos para el final del partido, García Reneses pidió tiempo muerto para dejar una de las frases del final de año. "Es una vergüenza lo que estamos haciendo. No por fallar, sino por jugar sin energía. Hay que ponerle intensidad", señaló el entrenador, más serio con unas palabras lapidarias contra los suyos. Era el toque público de atención a un equipo que, tras cerrar una buena primera parte donde pudo contener al Real Madrid (39-37) al descanso, se dejó llevar por su poca falta de acierto para entregarse.

La desconexión total del Herbalife Gran Canaria sin intensidad en el último cuarto dejó que el Madrid se gustase demasiado. Incluso para permitirse sacar al júnior Dino Radoncic, que cometiera una falta y dejase el balón al Granca en la línea de tiros libres para en la siguiente jugada buscar al joven jugador serbio y que anotase sus primeros puntos en la Liga Endesa con el primer equipo blanco.

Un hecho significativo para un equipo como el Madrid ante uno de esos rivales que se presupone que pueden complicarte la vida hasta el final del partido. La razón para que Radoncic estuviera en la convocatoria de Pablo Laso hay que buscarla en la enfermería del Real Madrid. Y es que al equipo blanco, que llegaba de jugar un partido en Alemania contra el Bayern el viernes, le faltaban en pista dos hombres importantísimos en sus esquemas: Rudy Fernández y Andrés Nocioni.

Una lista de jugadores inutilizables a la que se añadió Jaycee Carroll. El exjugador del Herbalife Gran Canaria se fue a los vestuarios al término del primer cuarto donde enloqueció y se llevó dos técnicas consecutivas -una por protestar y otra por chocar con uno de los árbitros-. Así, con el panorama más despejado, las opciones del equipo claretiano para ganar se multiplicaron con tres de los hombres principales en el juego de Pablo Laso lejos del parqué del céntrico pabellón blanco.

Las bajas, el cansancio del Madrid y la buena predisposición defensiva mantuvieron el partido hasta el descanso. Pero también más allá, porque el Herbalife empezó el último cuarto con una canasta de Savané que dejaba la diferencia entre los dos equipos en nueve puntos (62-53). Sin embargo, hay cosas que son insostenibles e inviables para ganar. Entre esos factores apareció el nulo acierto del cuadro amarillo en el triple que mermó a un equipo que desde que no está Kyle Kuric ha visto como sus problemas en el perímetro han crecido.

Ayer, acabó el encuentro con un pésimo 18 por ciento de acierto o lo que es lo mismo, sólo seis tiros por dentro de 34 intentos. Números insuficientes para romper casi a cualquier equipo de la Liga Endesa y menos a uno como el Real Madrid en su propio feudo.

El primero a dos minutos

Por ejemplo, Sasu Salin, la referencia en el perímetro del Granca, anotó su primer triple a falta de un par de minutos para que acabara el partido. Un choque que cerró con un paupérrimo 1/6.

Los dos aleros del equipo, Brad Newley (0/4) y Xavi Rabaseda (0/3), ni siquiera sintieron el aroma de un triple. Tampoco DJ Seeley, el sustituto de Kuric, que erró en los tres intentos que tuvo para anotar desde el 6,75. Pangos, con un 2/7, también se quedó muy lejos de sus números habituales.

Un cúmulo de despropósitos coronado con muchos fallos debajo del aro, donde Omic y Savané se mostraron endebles. Y por encima de todo, una rendición sin energía antes de tiempo.

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