Lo que era un secreto a voces se encargó ayer de oficializarlo el Bayern Munich a través de un comunicado: el español Pep Guardiola no seguirá la próxima campaña en el banquillo del conjunto bávaro tras rechazar la ampliación del contrato que le habían ofrecido, y su sutitituto a partir del próximo mes de junio será el italiano Carlo Ancelotti, que se había tomado un año sabático tras ser despedido la pasada campaña del Real Madrid.

"Agradecemos a Guardiola todo lo que ha dado a nuestro club desde 2013", señalaba el comunicado firmado por el presidente del Bayern, Karl-Heinz Rummenigge. Y lo que Guardiola ha dado de momento al Bayern en cuanto a títulos es la Supercopa de Europa, el Mundial de clubes, la Copa de Alemania y la Bundesliga en su primera temporada, y un nuevo título de Liga como único trofeo en la segunda.

En la actual, el conjunto bávaro es líder destacado del campeonato alemán (ocho puntos sobre el Borussia Dortmund, segundo, al término de la primera vuelta), además de estar clasificado para los cuartos de final de la Copa de Alemania y los octavos de la Liga de Campeones.

Pero el veredicto definitivo para realizar la valoración del paso del catalán por Munich sólo podrá hacerse en función de lo que consiga este año en la Liga de Campeones. Y es que de momento, y además de la derrota sufrida ante el Dortmund la anterior campaña en la Copa, los grandes lunares de la gestión de Guardiola han sido las dos eliminaciones sufridas en las semifinales continentales contra el Real Madrid de Ancelotti y ante el Barcelona de Luis Enrique.

Sólo ganando la Copa de Europa Guardiola se haría con un hueco de honor en la historia del conjunto muniqués junto a Udo Lattek, Dietmar Cramer, Ottmar Hitzfeld y Jupp Heynckes; los cuatro entrenadores que lograron la orejona con los bávaros.

La salida a final de temporada de Guardiola, por otra parte, supone también una revolución de futuro en la Premier, ya que todo apunta a que el técnico de Sampedor dará el salto al fútbol inglés.

El destino que más se ha apuntado en los últimos meses es el Manchester City, en el que la labor de Manuel Pellegrini se ha puesto en cuestión ante los resultados grises cosechados por el chileno en Europa. El principal argumento en favor de la posibilidad de que se mude al Etihad Stadium es su afinidad con el actual director deportivo de los sky blues, Txiki Begiristain, con quien ya trabajó en el Barcelona.

También suena como posible destino para Guardiola el otro equipo de Manchester, el United, que lleva varias temporadas tratando de recuperar la hegemonía en Inglaterra y en el que su técnico, el holandés Louis Van Gaal, afronta cada vez más presiones.

El exbarcelonista competiría en ese caso por el puesto con Jose Mourinho, que según los medios británicos también está entre los candidatos para tomar el mando en Old Trafford tras haber sido despedido del Chelsea. El banquillo del conjunto londinense, provisionalmente en manos del holandés Hiddink hasta final de temportada, también sería otra opción para Guardiola.

Y a rey muerto, rey puesto. Al tiempo que el Bayern confirmaba el adios (auf Wiedersehen) a Guardiola daba la bienvenida (wilkommen) a Carlo Ancelotti, que asumirá el cargo al término de la actual campaña. El italiano, con un palmarés excepcional como jugador y como entrenador, completará así el repóquer por las cinco grandes ligas continentales tras haber dirigido a Reggiana, Parma, Juventus y Milán en Italia; al Chelsea en Inglaterra, al París Saint Germain en Francia y al Real Madrid en España. Con el Bayern buscará la que sería su cuarta Copa de Europa como entrenador tras las logradas con el Milán (2003 y 2007) y hace dos años con el Madrid.