La Provincia - Diario de Las Palmas

La Provincia - Diario de Las Palmas

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

El Granca ya huele los churros Bonilla

El equipo de Aíto García Reneses firma una exhibición, pasa por encima de Unicaja Málaga (98-65) y se acerca a la fase final de la Copa del Rey de La Coruña

El Granca ya huele los churros Bonilla

El Granca ya huele el aroma que deja, a primera hora de la mañana, la churrería Bonilla, un local situado cerca de la plaza María Pita, en el centro de La Coruña, la ciudad que en febrero acogerá la fase final de la Copa del Rey. Anoche, en un partido que sellaba medio pase para el torneo, el equipo de Aíto García Reneses se dio un homenaje para pasar por encima de un triste Unicaja Málaga (98-65).

Con más de medio billete para la Copa en juego, Herbalife Gran Canaria y Unicaja se dejaron las dudas las malas sensaciones y las reservas en la taquilla del vestuario. A todo gas, sin tiempo ni siquiera para hacer prisioneros y pedir rescate por ellos, cada uno de los dos equipos se lanzó a por la yugular del otro. Desde el salto inicial, que ganó Ovidijus Galdikas -a Aíto, últimamente, le ha dado por tener la primera posesión-, el ritmo de juego se disparó hacia la estratosfera.

No hubo tregua, ni en cada acción ni en cada palmo de terreno. Con Stefan Markovic en la cama de un hospital -con el peroné roto-, a Joan Plaza no le quedó otra que retocar su rotación. Nemanja Nedovic fue titular y Alberto Díaz aumentó su presencia sobre el parqué. A ambos les tocó llevar la dirección de un Unicaja que se presentó en el Gran Canaria Arena tocado y en caída libre tras encadenar tres derrotas consecutivas: frente a CSKA de Moscú, FC Barcelona y CAI Zaragoza. Frente a las dudas tras tanto tropiezo seguido, el equipo costasoleño se mostró tan atrevido como acertado en ataque en los primeros movimientos del encuentro.

Entre Richard Hendrix y Edwin Jackson tomaron la responsabilidad de tirar del Unicaja que, de entrada, se mostró tal y como se espera de un equipo grande: sólido, con hechuras para asaltar cualquier plaza, con pinta de tener recursos para salir sin ningún rasguño de cualquier pelea callejera. Al Herbalife Gran Canaria no le inquietó el tamaño del rival. Ni se acobardó ni perdió el paso en un baile marcado por un son trepidante. Nada de eso. Llevó al adversario al límite. Y allí, fuera órbita, ajeno a la ley de gravedad, le dio un repaso mayúsculo al Unicaja.

Convertidos los dos aros en dos piscinas de tamaño olímpico (24-23, primer cuarto), el Granca puso la directa a partir del minuto 13. Con la segunda unidad en pista, el equipo claretiano subió la marcha hasta quinta, pisó el acelerador y perdió de vista, a través del retrovisor, a un Unicaja hundido -cabezas gachas, hombros caídos, miradas perdidas-. Un parcial 11-0, dibujado entre DJ Seeley (6 puntos), Aguilar (3) y Omic (2), puso a cada equipo en su sitio: al Herbalife, camino de La Coruña para jugar la Copa del Rey; y al Unicaja en medio del naufragio.

Todo lo que vino después formó parte de una exhibición. El Granca, de repente, se desató. Se quitó las cadenas y flotó por el parqué. Kevin Pagos se puso a dirigir y, como al flautista de Hamelin, sus compañeros le siguieron hasta el fin del mundo. En un estado de euforia, feliz, sacó el rodillo a pasear: 40-30, min. 14, tras un triple de Xavi Rabosead; 46-30, min. 17, después de otra canasta de tres de Pangos; 53-33, min. 19, luego de un canasta de Sitapha Savané a pase del base canadiense; 59-34, al descanso, después de un triple de Salin.

Al ecuador del encuentro, las estadísticas del Granca, además de convertir en sólido cualquier teoría para explicar semejante paliza, asustaban: 59 puntos anotados con un 67% de acierto en tiros de dos, un 64% en triples, un 86% en tiros libres, 14 asistencias y 74 de valoración entre todos. Frente a eso, al Unicaja no le quedó otra que aguantar el chaparrón y esperar que amainara la tormenta perfecta que le caía encima. Y eso no sucedió hasta que un sonido agudo decretó el final del partido, 20 minutos después, con un meneo pintado de color amarillo en el marcador: 98-65.

Compartir el artículo

stats