El tinerfeño Basilio Labrador es un ilustre del atletismo español. Se trata de uno de los nombres importantes de una de las modalidades atléticas que más alegrías han dado a este país, la marcha. En esta modalidad se volcó desde sus inicios como atleta, cuando contaba con 15 años.

Ahora, con 48 abriles, mantiene su amor por un deporte "al que le debo casi todo". Habla con pasión de él: "Lo considero un obsequio que me ha dado la vida. Me ha educado como persona y me ha consentido conocer vivencias y experiencias que difícilmente de otro modo hubiera podido disfrutar. Aparte de récords, medallas y premios, si de algo me siento orgulloso es de haberlo logrado de un modo honesto".

La marcha le ha llevado a ser 19 veces internacional con España, logrando un quinto puesto individual en el Campeonato del Mundo (Stuttgart 1993) y un cuarto en el Europeo (Split 1990). Se siente un afortunado de la vida por haber entrado a formar parte de la élite. "Mi mayor premio en el deporte es que amo lo que hago y eso supone un privilegio con el que pocos cuentan hoy en día".

"El atletismo me ha dado la oportunidad de viajar por el mundo, de batallar con los mejores de mi especialidad, consciente de que con la edad no volvería a ser ni mi sombra en la alta competición. Llegaba el momento de reinventarse; lejos de abandonar, decidí poner punto final a mi carrera como deportista profesional y plantearme otras maneras de disfrutar de mi pasión, el deporte, en este caso caminar y correr", explica Basilio Labrador.

Su dilatada trayectoria en el atletismo convierte al tinerfeño en una voz autorizada para hablar del Hospitales San Roque Gran Canaria Maratón, un evento que le cautivó desde la primera edición por lo que representa para su tierra, Canarias, como proyección de su imagen a través del deporte. En 2016 tampoco faltará a la cita internacional más multitudinaria del atletismo canario.

"Nuestro evento nada tiene que envidiar a los que se celebran en muchas ciudades nacionales e internacionales. Cada año se supera y rompe todos los récords anteriores en cuanto a la participación de corredores y corredoras se refiere", señala Labrador.

Sobre los encantos de la prueba, no tiene dudas: "Correr por las calles de Las Palmas de Gran Canaria es hacerlo por una postal que muestra la belleza de la ciudad, nada de esto sería posible sin la colaboración de mucha gente? Yo, que llevo participando en todas las ediciones anteriores, puedo decir que cuando finalizo la prueba y observo alrededor, veo que este magnífico evento realiza un extraordinario papel para el legado deportivo de Las Palmas de Gran Canaria".