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Natación Saltos

Los García Boissier, inmersos en Río

"Son unos chicos muy diligentes y serios", afirma Quique Martínez, entrenador de los saltadores

El entrenador de saltos del CN Metropole, Quique Martínez. SABRINA CEBALLOS

Si alguien conoce hasta el más sutil gesto de los hermanos García Boissier, ése es Quique Martínez. El entrenador de los saltadores grancanarios Nicolás y Héctor es el ángel deportivo de la guarda desde que tenían seis y siete añitos. Ahora, con 20 y 19 primaveras, los pupilos del Club Natación Metropole están a punto de zambullirse en el objetivo más importante de su carrera: lograr la clasificación para los Juegos Olímpicos de Río este verano. Para ello, tendrán que superar dos piscinas previas: primero en el Grand Prix de Madrid, del 15 al 17 de enero, y segundo en la Copa del Mundo de Río de Janeiro, del 19 al 24 de febrero.

La responsabilidad y la madurez están presentes desde su infancia. "Son unos chicos muy diligentes, serios y exigentes consigo mismos. Son así desde que eran pequeños", observa Martínez. Atesoran talento y ambición por seguir progresando en esta disciplina deportiva.

Aún son jóvenes y su proyección no tiene límite. En saltos sincronizados Nico y Héctor ya han salpicado su calidad en competiciones significativas, como en el Torneo Internacional de Eindhoven (Holanda) en trampolín de tres metros, donde atraparon la medalla de plata el pasado 6 de diciembre.

En el pasado Mundial de Kazán (Rusia) finalizaron decimoséptimos y, aunque no brillaron como se esperaba, supuso un paso más en el circuito internacional de alto nivel. Su cita deportiva más inmediata en el calendario es la XXVIII Pepsi Diving Cup Torneo Internacional de Saltos, que alberga este fin de semana el CN Metropole, a donde acudirán 42 deportistas de seis países.

"Nico y Héctor han sido sextos en el Campeonato de Europa absoluto en saltos sincronizados en trampolín de tres metros. Son palabras mayores. Eso significa que nuestros saltadores tienen por derecho propio estatus de estrellas en esta competición. Si no suben al podio, ¡les corto el grifo por todos los sitios!", bromeó Quique Martínez, que lleva tres décadas como entrenador de saltos.

Los genes de los García Boissier llevan inscrita la pasión por el deporte. Son familia de Fernando León, toda una institución en la vela que conquistó el oro olímpico en Atlanta 96 en la clase Tornado, fue campeón mundial en las clases 420 y Tornado en 1983 y 1994, subcampeón de Europa en 420 y nueve veces campeón de España en Tornado, Soling y 420, entre otros títulos.

Los pupilos del CN Metropole compaginan la piscina con su formación académica. Nico estudia 2o-3o curso de Ingeniería Naval en la ULPGC y Héctor 1o de Ingeniería Aeroespacial en la Universidad de Pensilvania (Estados Unidos).

Pasaporte a Brasil

Los hermanos García Boissier se juegan su pasaporte a Brasil en el Grand Prix de Madrid y en la Copa del Mundo de Río de Janeiro. En individual masculino, hay cuatro españoles preseleccionados, pero pasarán a esta última competición las dos mejores marcas, con independencia del lugar donde la hayan logrado. En Eindhoven la máxima puntuación fue la de Nicolás, seguido de su hermano Héctor y del madrileño Alberto Arévalo. Pero un cuarto saltador, Javier Illana, es el mejor -sexto del mundo en 2013- y no pudo participar por estar en Canadá lesionado de espalda. Lo que ocurre es que Héctor no tiene permiso de Estados Unidos para competir en Madrid y todo dependerá de la marca de Alberto para mantener sus opciones. Ya en la Copa del Mundo, deberán quedar entre los 30 primeros para acudir a Río 2016.

En los saltos sincronizados la cosa se complica: una pareja por país, y en la cita olímpica son ocho finalistas. 10 países pujan fuerte por la 7 y 8as plaza, entre ellos, los hermanos García Boissier por España.

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